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Lectores de cómics en México, una reflexión…

Hace tiempo escuché que como autor de cómic no tienes por qué explicar tu obra. Si el público no la entendía era única y exclusivamente por tu falta de pericia al ser claro en tu punto. Por años lo creí a pie juntillas. Sin cuestionamientos, sin puntos medios. Y es que en escencia es cierto: cuando escribes tienes que saber lo que dices, por qué lo dices y estar preparado para enfrentar el resultado de tus palabras.
Pero hoy en día ya no creo que sea una cuestión absoluta donde el público no tenga responsabilidad en no entender por completo lo que un autor busca expresar. Lamentablemente en México, los lectores de cómic, un sector que “se ufana” de tener un cierto nivel de cultura… es incapaz de comprender los subtextos más elementales en la narrativa de su hobbie… ¡¡¡SU PROPIO HOBBIE!!! al que dicen tanto amar.
Por ejemplo: Todos te pueden decir que Alan Moore es un referente en la narrativa del cómic; incluso no faltará el que te diga que “Watchmen es considerada una obra de la literatura universal” (este dato gracias a un recuento de la revista “Times” de hace algunos años). Pero muy pocos son capaces de explicarte por qué. A lo sumo, te dirán que es “porque su obra es oscura” (sea lo que fuere que ellos entienden por “oscuro”). Vamos… a la fecha, no he encontrado a alguien que entienda por qué una obra puede llegar a ser considerada “universal”… siguen pensando que existe un comité de viejitos mamones que hacen listados anuales a los que les ponen su “sello de autenticidad como literatura universal”. Y pos no… eso no pasa (si quieres saber los criterios para considerar una obra de carácter “universal”, lee “Apocalípticos e Integrados” de Umberto Eco).
Y así, podría hablar de cuando salió “Civil War” en español, allá por el 2007. Las críticas se enfocaban en lo mala que era la maxi-serie porque “en el número actual sale La Mole con los 4F siendo que en el anterior se había ido a Francia”. La neta… eso era lo que menos importaba. Civil War fue el reflejo del contexto estadounidense de esos años, donde había dos posturas políticas dominantes gracias a las pendejadas de Bush Jr. y el surgimiento del en aquel entonces desconocido Obama como “esperanza del ala democrática” ante la “locura republicana”. La propuesta de Civil War no era fácil. Los puntos de vista tenían cosas positivas y negativas… y el fandom mexicano fue incapaz de captar la escencia, que por supuesto funcionaba también como una metáfora en nuestro país del eterno conflicto entre izquierda y derecha, con el reciente fraude cometido en contra de lópez obrador.
No, señoras y señores… el público mexicano también es responsable de no querer captar los subtextos, la carnita que contienen los productos que valen la pena en el mundo del entretenimiento. Disney sabe apelar a las emociones, son unos Maestros en excitar nuestras mentes con tópicos y valores que a todos nos mueven las entrañas: La familia, la amistad, el crecimiento (como individuo y también el biológico), los conflictos personales… y nos quedamos en “Ay, qué bonitos están los monitos”.
El cómic independiente está viviendo un auge en estos últimos años y eso es bueno. Pero siento que se va a apagar, como siempre, porque el público se está quedando con los productos fáciles y que no le exigen demasiado: las historias cotidianas de pareja, o los chistes facilones de humor sin compromisos. E incluso, cuando el público cree que adquiere una obra de cierto valor cultural, se queda con lo sencillito de asimilar: Las tragedias nacionales que no dejan márgen al análisis de la realidad nacional, sino que condenan (no sin razón) al gobierno por su ineptitud y/o crueldad, pero que no se atreven a ir a fondo en cuanto al hecho de por qué como nación hemos permitido a tanto ojete, a tanto asesino salir impunes de sus chingaderas.
No… se quedan en el cómodo “chinga tu madre, peña nieto”.
De mi parte hay un cómic que me enorgullece. Es el que tiene el dibujo más chafa y culero de los cuatro que he editado de “Volt”. Y sin embargo, es el que tiene un nivel de escritura que a la fecha me da gusto que cada persona que me habla de él, en realidad acaba proyectando cosas de su mismo ser… porque el meta-mensaje le movió las tripas. “Yo, los otros, el infierno”, el número tres de “Volt”, se vale de la narrativa de superhéroes para poner el dedo en la herida. Básicamente mi intención fue decir: “No cabrón… si este país es una chingadera, no es culpa del gobierno; voltea a ver esa cultura nefasta de héroes falsos y mentiras que te cuentas a diario; date cuenta de cuantos pretextos pones para no hacerte cargo de tu vida y luego ven a decirme que eres inocente de tener este muladar asqueroso”. Pero nadie lo notó… en su lugar he recibido comentarios sobre “lo injusto que soy al criticar a los moneros”, o “lo gacho que es culpar al futbol de lo que nos pasa”… es decir: reciben el gancho al hígado, pero no tienen las herramientas necesarias para percibir en su totalidad lo que leen. Y no… no te confundas. Mi punto no es decir: “Compra Volt 3 porque es lo más chingón que jamás leerás en la vida porque yo soy su padre, cabrones”. Yo no sé, ni estoy capacitado para juzgar qué tan bueno es un cómic de mi autoría; lo que te puedo decir es que mi hermano y yo utilizamos las herramientas narrativas a nuestra disposición para ir más allá del “bueno contra el malo”, que por nuestra parte logramos tocar puntos sensibles en quienes nos han leído, pero aún así, el público es incapaz de llegar más allá de lo superficial. Y ante la elección de ignorancia que el público hace por cuenta propia… no hay escritor, por más chingón que haga su chamba, que sea capaz de librar semejante barrera auto-impuesta por la audiencia.
En contraste, hace poco un lector de “Maxi & Sherrie Camille” me dijo que le gustaba la metáfora de empoderamiento y disfrute de la sexualidad femenina que manejaba en mi cómic. Y yo pensé: “Carajo… ése lo escribí con el único fin de que los lectores vean una historia porno para masturbarse”. De lo que me doy cuenta que también es cierto que el publico puede llegar a ser impredecible. Cosas de la vida.

Daniel Garcia Garduño

Dibujante de cómics y animador. He trabajado en "La Familia Del Barrio", "El Chapulín Colorado Animado" entre otras producciones de cine y tv. Produzco el cómic "Volt" (ni lo busques, saco tirajes cortos y nadie me pela) y pronto otro título más de corte cómico-erótico.

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