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NICK CAVE & THE BAD SEEDS EN CENTRO REFRESQUERO

NICK CAVE & THE BAD SEEDS EN CENTRO REFRESQUERO

Por Allan Márquez

 

El arte australiano va más allá de Mel Gibson, Heath Ledger o AC/DC e INSX. En aquel lejano país también existen los poetas. Poetas conocidos internacionalmente, no solo por su lírica, sino por su música y su empeño en contar historias, en ser un cornista contemporáneo que nunca envejece.

En esta ocasión estoy hablando de Nick Cave, quien el próximo mes de octubre pisara la Ciudad más grande y sobrepoblada del mundo, así es, estará en la tranquila y poca lucida Ciudad de México.  Esta enorme ciudad ha albergado a grandes artistas, de los mejores del mundo, sobre todo en las letras –Jack K., Billy B., Jim Morrison, Bob Dylan, Leonard Cohen, Patti Smith, Roberto Bolaño, Gabriel García Márquez – por mencionar a algunos.

Hoy no les hablaré de la vida de Cave, para ello esta Wikipedia y otros medios, hoy les hablaré de la importancia de sus letras, las cuales siempre han sido acompañadas por una hermosa música llena de jazz suave, folk y un poco de blues. Su sonido netamente inglés lo catapultó a la fama en la década de los 80, aunque el comenzó una década anterior, teniendo influencias más del folk y después del post punk. Sin embargo Cave no es estrictamente un músico post punk, tal vez su poesía y crónicas lo sean por lo existencial de las historias y metáforas derivadas de la poesía beatnik y de la jodides personal que se  manifiestan en ellas y que muchos seudo post punkers-intelectualoides maman, queriendo encontrar una profundidad cuasi divina.

La métrica poética de Cave no es lineal, es libre como la oscuridad, es tajante como la luz veraniega, no hay miramientos, todo ocurre pausadamente como un film de Lynch, pero sin ser estruendosa; por el contrario la sencillez de su alegórica prosa hace que el trago, aunque amargo, sea digerible. Marcado por la muerte y la solead, Cave no necesita ser un bohemio, en el significado estricto de la palabra, vive lujosamente, tiene su propio estudio, sus libros y música son reconocidos mundialmente y esto no es impedimento para que el señor deje de hacer arte tan sensible y personal que logra internarse en las mentes apesadumbradas de muchos de sus fans y no tan fans.

Los citadinos del centro del país tendremos la oportunidad de ver por segunda vez a este icono de la música, aunque los precios sean desorbitantes y se presenté en un lugar un tanto snob, ¿por qué demonios tendremos que categorizar estos eventos en actos de alto consumo, aunque muy pocos lo puedan apreciar? Genial sería que el escritor pudiese presentarse como lo hizo la poetiza del punk hace unos meses en Casa del Lago y como lo hará este fin de semana Lee Ranaldo.

En fin, si en sus bolsillos está asistir a este recital hágalo y disfrútelo, y si por el contrario usted es amante de la literatura y poesía, pero no cuenta con el solvente para acudir al evento, no lo haga, no empeñe su casa ni a su familia para acudir, mejor escuche algún disco desde la comodidad de su hogar acompañado de un buen libro.

 

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