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HELL AND HEAVEN: SONIDOS MUDOS QUE ENCABRONAN

HELL AND HEAVEN 2018

Por Allan Márquez

El pasado 4 y 5 de mayo tuvo lugar la nueva edición del festival de metal más grande e latinoamerica, llamado Hell and Heaven, para muchos fue realmente un cielo, para otros tanto, un verdadero infierno. Aquí la crónica de lo vivido durante este festival.

4 de mayo por la tarde, miles de personas se aglomeran en la entrada número 6 y 15 del Autódromo Hermanos Rodríguez para presenciar un cartel sin igual en esta edición del Hell. Sin embargo los retrasos no se hicieron esperar, ya que las puertas las abrieron por partes, lo que provocó la molestia de los presentes ya que las andas comenzaron a tocar a la 1 pm y las puertas apenas estaban siendo abiertas, dejando a las bandas sin mucho público y al público sin poder disfrutar de las buenas propuestas nacionales que abrían el festival.

Día esperado para escuchar a dos leyendas, Deep Purple y Scorpions, día de nostálgicos de mediana edad que desempolvaron sus atuendos clásicos para recordar su juventud, muchos acompañados de hijos, nietos e incluso bisnietos; familias que no imaginaban que los dioses del metal iban a menear tanto la mata y hacer su slam en el más allá que indujeron a una tremenda tromba con todo y copitos de nieve.

Más de dos horas de diluvio metalero inundaron las pistas del Hell and Heven, el cielo se manifestó en nombre del infierno. Pero esto no hizo que la gente se alarmara, muchos buscaron refugios en las carísimas salas VIP par desde ahí poder seguir disfrutando de la excelsa música.

Después de la tormenta viene la calma, los presentes en la primer ceremonia metalera, salen poco a poco del recinto, posterior a escuchar a una de las mejores bandas de todos los tiempo homenajeando a la más grande “Led Zeppelin” con su soliloquio How many times. Vaya forma de terminar un día ajetreado y lleno de lluvia blanca proveniente de truenos metaleros.

CORTESIA OCESA

El segundo día no comenzó del todo bien, situaciones logísticas nos han dejado parados afuera del festival por poco más de 5 horas. Son las 5:45 pm y estamos accediendo al recinto, lo primero que escuchamos a lo lejos son los riffs a destiempo y desafinados de Brujeria, el escenario esta medio atascado, y no es de sorprender, pues es bien sabido pro los seguidores de esta banda pocha, que la voz de su brujo mayor esta culerisima y que los brujos suenan más chingon en estudio que en vivo.

Así que solo vemos de reojo a los brujos y seguimos con nuestro andar, llamos al escenario principal y ya está desmadrando el mismo los cabrones de Gojira, tremenda banda gala,  que demuestran porque están en este festival. Minutos después hace su aparciión la presentación más mediocre y pusilánime que he visto en mi vida, se trata de Marilyn Manson, quien se la paso todo el concierto peleando con los ingenieros de audio ()cabe destacar que en México hay pesimos ingenieros de audio, nunca dan el ancho para artistas tan cabrones, sin embargo la actitud y voz del señor Manson es de hueva, no canta, no es ya un showman, solo es una momia pintada y peluche encima de él.

 Tanta pena daba el señor que la gente comenzó a abuchearle y coreaba el nombre “Megadeth” Manson ni siquiera acabo su set, puso a su bajista a hablar con el público y a cantar swet dreams, para posteriormente salir del escenario y no regresar. Inmediatamente después apareció Dave Mustaine y su compas tocando Hangar 18 y a partir de ahí comenzó un sonido impecable con esta banda californiana, todas las rolas sonaban geniales, el público se entregó a la maestría de Dave. Toda la música fue acompañada de imágenes de guerra, de caos y libertad; sonido politicos que inundan con sangre podrida los cimientos del Anahuac venidos del vecino del norte que nos dice mi país está podrido, la tierra está podrida, cambiemos.

CORTESIA OCESA

Poco más de una hora toco Megadeth y el público se entregó completamente. Casi a la par de ellos comenzó a tocar en el escenario de enfrente, en el True Metal, otra leyenda del trash llamada OverKill, banda de Nueva Jersey, que aún a esta edad (más de 50 tienen) desmadran el escenario, la voz de Bobby sigue sonando fuerte, aguda y audaz; mientras que los rifas son estruendosamente melódicos, estos hacen que cualquier metalhead de la vieja escuela e incluso los nuevos públicos de metaleros se dieran un viaje por las épocas doradas del trash.

CORTESIA OCESA

Al término de Overkill siguió una de las bandas más esperadas por las nuevas generaciones, mucho más por las damas  que por los cabrones, bueno los hombres también esperábamos verlos,  la mayoría para echarse un taco de ojo con la belleza de Simon Simmons y otros tantos también por su sonido sinfónico acompañado de letras exquisitamente introyectas. Me refiero a Épica, que en este escenario, lleno de “góticos” y no tan goths demostró una vez más porque es una de las bandas preferidas de los Mexhica powers.

Sin embargo frente a estos Neerlandeses estaba tocando una leyenda del rock, precursor del glam y de la llamada nueva ola de heavy metal en Inglaterra de los años 70 y 80, hablo de Judas Priest, que también volaron el escenario, con muy buen sonido, al igual que el de Épica (que bueno que por lo menos a estos dos no les falló) demostraron porque son una leyenda viviente en la historia del rock y vaya que afortunados hemos sido los que presenciamos a estas leyenda tocando frente a frente con una de las bandas más representativas del metal sinfónico.  Las nuevas generaciones echándose un tiro con las generaciones de antaño, que sin embargo han marcado a muchos metaleros de épocas posteriores como la de su servidor.

CORTESIA OCESA

Posteriormente, después de tanto esperar, brincar, corear y emputarse, llegó la estrella más esperada de la noche para muchos, la leyenda que creo la imagen del metal, la voz representante de varias generaciones e inspiración de un sinfín de rockeros oscuros, desde heavy metaleros hasta blackers y goths. Así es, hizo su aparición el mismísimo Ozzy, acompañado de sus extraordinarios músicos, siempre característicos en los álbumes y giras de este ser de las tinieblas.

Con rolas tan emblemáticas  de solitario como Crazy Train, Mr Crowley  y éxitos de la era Sabbath como War Pigs, don Osbourne corrió aplaudió, se agito y entrego a la fanaticada, pero esto a muchos no les importó, ya que comenzaban varios a retirarse del recinto para quizás alcanzar transporte, o quizás porque no valoraban la historia musical de este oscuro y mítico personaje. Por más que el buen Zack se rifaba, como él sabe hacerlo, con la lira, haciéndole un chingonsisimo homenaje al Dios Hendrix, colocándose la lira por la espalda y tocándola con la boca, al público poco le importo y no paraba de caminar mientras empujaba y maltrataba a los espectadores consientes del verdadero rock. Diez minutos de improvisación magistral de estos músicos, mientras Ozzy seguramente tomaba algo de oxígeno, para después volver a adueñarse del escenario y terminar su participación, y cerrar una edición más del Hell y sus carísimos accesos y caótica organización y nefasto sonido. En fin lo más valioso fue poder ver y tratar de escuchar a estas leyendas del rock que ya no regresaran y que están a punto del retiro e incluso muy cerca de la muerte.

Hemos sido testigos de los pocos latidos de vida que realmente le queda al rock, pues está a punto de extinguirse, el verdadero rock ya está muriendo.

 

 

 

 

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