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Reseña | Iron Fist Temporada Dos.

Netflix nos permitió ver un adelanto de Iron Fist Temporada Dos para reseña, y vaya que nos ha sorprendido, se trata de una historia superior en todos los sentidos a la primera temporada.

Lo que funciona aquí es el hecho de que la historia por fin acepta sus raíces, no trata de ser oscura o contemporánea o cerebral, simplemente se trata de una historia de comic book llevada a la pantalla y en ese respecto, Iron Fist Temporada Dos es todo un deleite.

Es evidente desde el principio que Netflix tomó en consideración todas las críticas, o la mayoría de ellas. La historia ahora se aleja por completo del ambiente corporativo, en ninguno de los episodios regresamos a la Corporación Rand o a los altos rascacielos de Nueva York.

La historia se centra en las calles de la ciudad, permitiéndonos un retrato más íntimo de sus personajes, ya no vemos a los Meachum en sus castillos de cristal, sino dentro de departamentos, de lujo sí, pero pertenecientes por completo a la ciudad.

La serie se estrenó en Netflix el Viernes 7 de Septiembre, te recomiendo ver primero la serie antes de continuar leyendo si quieres evitar Spoilers.

Mary.

En los primeros episodios la presencia de Mary Walker (Alice Eve) resulta un poco rara y forzada, casi como querer introducir un personaje nuevo sólo porque sí, pero conforme va avanzando la trama resulta que todo tiene un plan, todo tiene una explicación y encaja perfecto en el esquema argumental de esta temporada.

Los seguidores del cómic saben quién es Mary y su rol dentro de la historia, la versión de la serie de televisión es mucho más empática. Nos presenta la dualidad de sus personalidades, los deseos de Mary contra los temores de Walker, la necesidad de ambas de encontrar algo cercano a una vida normal y posteriormente el miedo que representa no conocerse a sí mismo y no estar seguro de lo que se daba por hecho, específicamente, el descubrimiento de una tercera personalidad, letal.

Davos.

Las series de Marvel en Netflix nos han dado una gran gama de villanos memorables, contrapartes de los héroes que no funcionan simplemente como fichas para avanzar la historia, de la manera en que ha ocurrido muy comúnmente en las películas.

El formato de serie nos ha dado tiempo suficiente para conectar con los personajes, encontrar sus debilidades y su lado vulnerable, al punto que muchos nos conectamos, por ejemplo con el Kingpin de Vincent D’Onofrio , la intensidad del Bushmaster de Mustafa Shakir o Con la gandalléz del Cottonmouth de Jayden D. Brown.

Para mí el mejor villano de las series ha sido sin duda el Purple Man de David Tennant, Killgrave fue no solo una amenaza súper poderosa, sino el rol que desempeñó en la vida de Jessica Jones realmente lo eleva a niveles de sadismo incomparables.

Durante la primera temporada, el rol de Davos (Sacha Dhawan) es muy limitado, sabemos que él entrenó con Danny para conseguir el Iron Fist y que al final fue derrotado.

Es un odio sin dimensión, simplemente el deseo de extraer venganza contra la persona que lo derrotó.

Pero en esta segunda temporada por fin podemos ver más de su historia, sobre la familia que tuvo, la manera en que Danny y él se apoyaron constantemente, la carga emocional que su madre ejercía sobre él, carga que finalmente terminó por hundirlo.

También nos damos cuenta de que la moralidad y las enseñanzas de K’un-Lun son algo bastante retorcido, nos alejamos por completo de esa imagen de elevación espiritual y divinidad que tenía al principio, ahora nos damos cuenta de que mucho de lo que no se dijo a los estudiantes tiene ramificaciones severas.

Davos busca el poder del Iron Fist como una manera de redimirse a sí mismo, de hacer que su familia, que el mundo entero lo reconozca y se sienta orgulloso de él, tomando el camino que Danny nunca pudo, matando si es necesario con tal de avanzar su plan hacia un mundo en control.

Para la mitad de la serie Davos se convierte en un gran adversario con un control mucho mejor del Iron Fist, él logra encender los dos puños, no teme al poder, lo acepta por completo y lo libera a todo su potencial.

Los Meachum.

En la primera temporada eran una parodia de telenovela, los clásicos personajes privilegiados que nunca tuvieron que luchar por nada, nacidos en el poder y el lujo.

Por fin podemos verlos crecer como personajes tridimensionales, humanos.

Joy Meachum (Jessica Stroup) busca alejarse de su hermano y de Rand, tratar de hacer su propia vida, librar sus propias batallas. Inspirada en su madre, Joy busca realizar un negocio de energía solar para ayudar a la comunidad.

Pero antes de poder realizar sus planes necesita vivir algún tipo de venganza por lo que ha ocurrido en su vida. Ward mintió por años sobre su padre. El regreso de Danny a su vida volcó por completo su mundo, le abrió los ojos hacia todo aquello que desconocía sobre su familia y sobre si misma, utiliza al principio a Davos como una herramienta para extraer su venganza.

Pero luego se da cuenta de las acciones que ha causado y cae en la cuenta de que aún se preocupa por su hermano y por Danny.

Ward Meachum (Tom Pelphrey)  parece al principio la misma persona que dejamos en la primera temporada, un adicto enojado con el mundo y echando la culpa de su desgracia a todos los demás menos a sí mismo. Deseoso de recuperar el lazo que tenía con su hermana, busca la ayuda de Danny porque sabe que él no le daría la espalda a pesar de todo.

Ward encuentra poco a poco su camino, dándose cuenta del porqué del deterioro de su relación con su hermana, tratando de mejorar sus relaciones en general con otras personas y apoyándose en Danny Rand.

Al final, Ward encuentra la forma de liberarse de todo lo que carga, dejar ir a su hermana, dejar ir el fantasma de su padre y dejar ir el hecho de que no puede estar, al menos de momento, dentro de la vida de su propio hijo, embarcándose en un viaje de auto descubrimiento junto a Danny.

Danny Rand.

Más allá del hecho de que por fin las peleas mejoran considerablemente, Danny (Finn Jones) por fin resulta un personaje alcanzable, ya no es el niño desubicado sin idea de qué hacer con su vida. Si, aún no sabe qué hacer con su vida, pero esta vez no se encuentra haciendo berrinche por todo lo que no puede controlar.

Poco a poco durante el transcurso de la serie vemos una evolución natural en Danny, quiere continuar el legado de Matt Murdock como protector de la ciudad, pero se da cuenta de que el poder del dragon es algo que lo consume demasiado, es una ira que no puede controlar, que lo transforma en algo que no quiere ser.

Lo más acertado de esta temporada, es la decisión de Danny de separarse del Iron Fist, una vez que Davos logra robarle el poder, Danny se da cuenta de que la búsqueda por ese legado mágico lo había consumido por completo, sin un propósito real y solamente dejándose llevar por lo que le decían en K’un-Lun sin realmente sentir o comprender a lo que se enfrentaba.

Definitivamente, el gran punto climático de la serie es la decisión de otorgarle el Iron Fist a Colleen.

Iron Fist Temporada Dos
Danny Rand (Finn Jones) en Iron Fist Temporada Dos

Colleen Wing.

En los cómics ella nunca fue portadora del Iron Fist y sin embargo en la serie resulta como la opción más indicada, durante el inicio vemos que ha renunciado a enseñar artes marciales porque se siente responsable de lo que sus estudiantes realizaron, desea dejar su pasado con La Mano detrás y dedicarse a ayudar su comunidad de la forma que pueda.

La temporada regresa muchas veces al pasado misterioso de Colleen (Jessica Henwick) y al legado dejado misteriosamente para que descubriera, resultando en una historia bastante interesante que al final cobra significado, pues resulta evidente que la misión de Danny, el destino o lo que sea que mueve los hilos de este universo, deseaba que Colleen se convirtiera en el Iron Fist.

La diferencia del color entre cada uno de los usuarios del Iron Fist también resulta relevante, pues el amarillo de Danny o el rojo sangre de Davos se contraponen al blanco casi inmaculado de Colleen.

Misty Knight.

Aunque un personaje secundario, su participación es crucial. No por el trabajo policiaco, que al final resulta irrelevante, sino por la relación que logra forjar con Colleen, descrita dentro de la trama como la única relación centrada que tiene.

Misty (Simone Missick) se encuentra en descanso buscando una razón para regresar a la fuerza y tomar la oportunidad de ser capitana de policía. Esta historia resulta algo vacía tomando en cuenta que durante Luke Cage ella misma dice que no está lista para un trabajo detrás del escritorio, ella busca ser una gente de cambio para la comunidad y ayudar de la forma que pueda, por lo que esta sub trama del ascenso nunca resuena con suficiente fuerza, al final todos sabemos que ella no tomará el trabajo o que no será permanente, porque su verdadero llamado es ser una vigilante.

Iron Fist Temporada Dos
Colleen Wing (Jessica Henwick) en Iron Fist Temporada Dos

En general fue altamente disfrutable, se ha convertido en una de mis temporadas favoritas de todo el MCU de Netflix, algo que me gustó es que esta serie dejó de lado cualquier intento de conectarse con el universo fílmico, simplemente se enfocó en contar su historia, en ahondar en la mitología del personaje, presentarnos un arco interesante y finalmente sacudirse todo lo malo que cargaba de la primera temporada.

En esencia se puede decir que la temporada en si tiene el mismo mensaje de la historia.

Dejar el pasado atrás, buscarse a sí mismo, conocerse y a partir de ahí, cimentar un mejor futuro.

 

Iron Fist Temporada Dos, vale la pena cada minuto.

 

Erick Contreras Ayala

Diseñador Gráfico. Freelancer. Locutor en Radio Robotto.

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