CineOpiniónRepública CinéfilaReseñasSony Pictures Releasing

Bloodshot | República Cinéfila

Es cierto que hay propiedades en sagas y franquicias que se adaptan a los rostros, estilos y carismas de sus estrellas fílmicas. Ahí tenemos, por ejemplo, a la saga de “Misión: Imposible”, que convirtió en el vehículo ideal para ese corredor nato que es el actor Tom Cruise.
 
El problema surge cuando los protagonistas tienen poco para aportar más allá de sus músculos, este es el caso de Vin Diesel, con “Bloodshot” donde intenta construir una saga propia de superhéroes. Lo cierto es que, nos guste o no, Diesel ya viene haciendo películas de superhéroes con las distintas entregas de “Rápidos y Furiosos” y “XxX”, en las que la hipérbole son la norma. Los problemas de esas películas pasan, en buena medida, por la voluntad de construir discursos entre obvios y facilistas vinculados a la importancia de la familia, el compañerismo y la amistad, mientras se reivindica una posición pretendidamente cool y anti-sistema.
 
Algo parecido sucede con esta cinta “Bloodshot”, basada en un cómic del sello Valiant, que se centra en un soldado que, luego de ser asesinado, es revivido por una compañía de alta tecnología con poderes de fuerza y sanación por fuera de lo normal, en la sinopsis oficial Ray Garrison (Vin Diesel), también conocido como Bloodshot, es resucitado por la compañía Rising Spirit Technologies a través del uso de nanotecnología. Mientras lucha por recuperar la memoria, Ray trata de volver al ser el que era antes de sufrir el accidente que dejaría amnésico. El personaje creado por Kevin VanHook, Don Perlin y Bob Layton es muy entretenido e incluso divertido por momentos, siendo una de las adiciones recientes a las adaptaciones de cómics a la pantalla grande que han florecido en el mundo a lo largo del siglo XXI.
 
“Bloodshot” no es, por supuesto, ninguna revolución en el género, ni siquiera a nivel visual como lo fuera en cierta medida la rusa “Hardcore Henry” o conceptual como la australiana “Upgrade”, pero tampoco lo pretende. Es sólo, y no es poco, una buena película de acción cyberpunk o, mejor dicho, cyberpulp, con su clásico toque de crítica a los súper-poderosos conglomerados tecnológicos, y un grupo de héroes dañados física y psicológicamente, aunque no especialmente pesados por ello, además de por supuesto totalmente inclusivo, contando con una mujer empoderada –y de qué manera- y un afroamericano de inteligencia superior, sin por ello dejar de ser chistoso –es lo que toca-. Puede que el protagonista sea un militar cisheterosexual blanco, pero al menos parece tener menos prejuicios que Harley Quinn y sus “Aves de Presa”, para las que todos los hombres de Gotham son malvados y corruptos. Al final va a ser que Vin Diesel es más igualitario que algunos. Aquí vimos lo mejor en su ritmo dinámico como eficaz, con los giros de guión y un héroe tozudo sin pelos en la lengua. Pero con lo peor que como todo Frankenstein está hecho de pedazos obvios de otros filmes.
Bloodshot
Vin Diesel en Bloodshot.
 
La vuelta de tuerca –que ya estaba en el avance y trailer, así que no estamos spoileando nada- es que el jefe de la compañía (Guy Pearce, haciendo de malo sin esfuerzo) utiliza al protagonista para deshacerse de sus enemigos a partir de una alteración de su memoria y la explotación de sus deseos de venganza por la muerte de su esposa.
 
Eso termina funcionando como trampolín para una discursividad sumamente banal sobre el amor, la memoria, el deber de un soldado y cómo las corporaciones manipulan a los individuos. Si las bajadas de línea del guión de Jeff Wadlow y Eric Heisserer son superficiales, la puesta en escena del director Dave Wilson no colabora mucho para potenciar la trama y lo de Diesel es, nuevamente, un ejercicio de repetición para nada estimulante o carismático. Porque Diesel ya sabe cómo moverse como protagonista de una historia en la que es el superhéroe de acción, y más en una poco exigente trama con sus limitadas capacidades actorales, sino con sus bien conocidos desplantes físicos.
 
A la bella actriz mexicana Eiza González, quien interpreta a una ex miembro de la armada con respiración artificial de nombre KT, la película le sirve como todo un vehículo de lucimiento. Tampoco se le exige mucho y lo hace bien, lo mismo que el resto del reparto: Siddharth Dhananjay, como Eric, y Lamorne Morris, como Wilfred, tienen buena parte del peso humorístico como los genios de la programación a cargo del control de la tecnología; mientras que parte de los antagonistas como villanos encarnados por Sam Heughan y Tobby Kebel se mueven como otros soldados manipulados tecnológicamente cuya misión es contener a Ral. Esta película es si acaso solo un divertimento de fin de semana con la combinación entre Frankestein y Robocop, en un ir y venir sobre un mismo punto que se repite para Ray Garrison (Diesel), un ex militar cuyos recuerdos han sido borrados y que se ha convertido en un supersoldado manipulado por una corporación que ha implantado nanotecnología en su sangre, lo que le permite sanar cualquier herida. Entre su memoria borrada, surge el recuerdo de su esposa asesinada que lo lleva a buscar total venganza.
 
Como resulta evidente, aquí hay una obvia trampa y el Dr. Emil Harting (Guy Pearce) no es el bienintencionado genio de su fachada. Dirigida por el especialista en cinemáticas de videojuegos con esas secuencias narrativas en las que los jugadores tienen poco o nulo control Dave Wilson, esta cinta no ofrece algo distinto a los temas sobre la soledad, la pérdida, la venganza y la búsqueda de poder militar y económico con la tecnología de última generación que se incluyen en otras historias del tipo. Lo suyo, acaso, son las buenas y pequeñas secuencias de acción bien ejecutadas como realizadas que funcionarían incluso hasta de forma aislada, como aquella que refiere al clásico filme de culto “Perros de Reserva” (1992) del gran cineasta Quentin Tarantino, sólo que en vez de la canción “Stuck in the Middle with You” de la banda Stealers Wheel, con el tema musical “Psycho Killer” del grupo Talking Heads de fondo; o con la matazón del túnel o la llamativa batalla en el elevador; que en la forma sobresalen más que en su fondo.
Bloodshot
Eiza González en Bloodshot.
 
Mi 7.5 de calificación a esta producción fílmica, porque en la forma este competentemente bien filmada en el fondo no aporta nada novedoso, de ahí que “Bloodshot” entre rápidamente en un terreno previsible, sin sorpresas o rasgos de originalidad, acumulando piñazos, persecuciones, explosiones y efectos especiales sin demasiado criterio. El protagonismo recae muy convenientemente en Vin Diesel que, en la piel y ferretería fina de un súpersoldado androide al que reescriben la memoria a golpe de clic, despliega el mismo talento interpretativo que un cortaúñas con voz de afectado por coronavirus.
 
Le acompaña como un doctor Frankenstein de turno Guy Pearce, quien aporta algo de interés a un conjunto bastante perezoso y farragoso, aunque algunas escenas de acción sobre todo la última, por las alturas y con más patas que un crustáceo luzcan resultonas. En suma, un paso más para la igualdad entre hombre y máquina, aunque no tanto para la igualdad de género. Estrépito nanotecnológico que hará las delicias de los fans del género, que son legión. En el medio están la escultural Eiza González interpretando a una mujer algo torturada por sus acciones; a Sam Heughan haciendo de un villano directamente infantil en su resentimiento para con el protagonista; y Lamorne Morris y Siddharth Dhananjay compitiendo por ver quién suma más chistes estereotípicos de un nerd de las computadoras.
 
Y si el filme amaga en un momento con reflexionar sobre las capas de los relatos y las realidades que pueden convivir en las mentalidades de una misma persona, se queda en meras insinuaciones. “Bloodshot” es una película que pretende ser importante desde lo que dice pero cuyo andamiaje formal la ubica en un lugar a lo sumo discreto y ciertamente irrelevante. He aquí un bonito y robusto ejemplar de cine de extrarradio, diseñado para su uso y disfrute en salas con pantalla del tamaño de una carpa de circo y con sistema de sonido capaz de espantar a un rebaño de búfalos. La película en cuestión se basa en un celebrado cómic de Valiant, aunque también podría haber sido algún otro cómic, ya que las explosiones, los pepinazos y el estallido de huesos triturados son constantes; eso sí, sazonados con una capa de ciencia-ficción especulativa faceta en la que su director tiene experiencia gracias a la serie televisiva “Love, Death + Robots” y diversos mitos de ayer y hoy como el de Prometeo para que el conjunto quede más aparente. Filme apto para quienes disfrutan de una buena ensalada mixta de acción cyberpunk sin prejuicios de ningún tipo. 
 
Puede que, a lo tonto, Vin Diesel sea la gran esperanza calva del cine de acción actual. Inasequible al desaliento y a las modas, modos y excesivos buenos modales que ha ido adquiriendo el género en el siglo XXI, cada vez que su redondo cráneo, nariz aguileña y torso hipermusculado asoman protagonismo en alguna producción más allá de las franquicias de rigor, podemos tener por seguro que habrá bofetones al viejo estilo, un guión mínimamente coherente, y que no faltarán ni los tintes oscuros ni el sentido del humor, sin abusar ni de los unos ni del otro. Desde la añorada saga de “Riddick”, pasando por rarezas como “El Último Cazador de Brujas”, Diesel prefiere formatos clásicos, duraciones razonables y no exagerar sentimentalismos abyectos ni mensajes profundos, sin entrar en el juego de imposturas al que tan dado es el cine de héroes y superhéroes de hoy.
 
Lo mismo puede decirse de este “Bloodshot”, adaptación de un popular cómic de la editorial independiente Valiant, que lógicamente recombina el ADN de la clásica primer película de “Robocop” (1987), además de otros largometrajes como “Desafío Total” (1990), “Soldado Universal” (1992), “Matrix” (1999), con los ciborgs en las historietas del autor Frank Miller y, por supuesto, el mito de Frankenstein, para ofrecernos un entretenido, energético y a ratos inteligente filme, que se sostiene perfectamente durante sus menos de dos horas de persecuciones, giros de guión y golpes, gracias a un exoesqueleto de eficaces efectos especiales terreno del que procede el director, especializado en los videojuegos, con personajes construidos del plumazo y golpes no sólo de puños sino también de muy poco ingenio.
 
Reseña Bloodshot
 
Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

Un comentario en «Bloodshot | República Cinéfila»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

SiteLock
LATEST NEWS