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El Agente Topo (2020) | República Cinéfila

El Agente Topo es un filme documental que remeda en su estilo a toda una película de detectives, esta cinta chilena se centra en un anciano que entra a un geriátrico a investigar supuestas irregularidades que suceden en el lugar.
 
Candidato al premio Oscar 2021 a mejor película documental internacional porque en este inicio de año ha sido fantástico para el género documental, ha habido de todo y buenísimo desde “El año del descubrimiento” hasta “El Agente Topo” que son todos peliculones. En el caso de esta cinta chilena nominada al premio Goya 2021 y que fue en su momento preseleccionado para los Oscar, este documental de la directora chilena Maite Alberdi muestra que lo ficticio puede funcionar como pase directo a lo verdadero, al seguir los pasos de un detective amateur que se infiltra en un asilo de ancianos para investigar las condiciones en que viven sus residentes. “El Agente Topo” de Alberdi en la que no han visto nada igual. Y eso, a estas alturas, es dificilísimo.
 
Porque hemos visto de todo y escuchado de todo. Pero… ¿Qué les parece la historia de un tipo con 83 años de edad al que le enseñan espionaje para poder realizar la misión de infiltrarse en una residencia para averiguar cómo se trata a los residentes? Imperdible pieza maestra de espías que al final habla de la vejez, de la experiencia humana y del amor, claro. En la sinopsis oficial de la trama, Rómulo es un detective que tiene una empresa de investigaciones privadas. Allí una clienta le encarga investigar la casa de reposo donde vive su madre. Rómulo decide entrenar a Sergio, de 83 años y que jamás ha trabajado como detective, para vivir una temporada como agente encubierto en el hogar. Ya infiltrado, le cuesta asumir su rol de topo y se transforma en un anciano más en el interior de la casa de reposo.
 
Este es un buen documental dirigido por Maite Alberdi y que, tras su estreno en el Festival de Sundance 2020 y ganar el Premio del Público Europeo en San Sebastián 2020, ha sido elegida por Chile para representarla en los Oscar y los Premios Goya. La película fue una coproducción entre Chile, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y España (Malvalanda), la cinta ha tenido una excelente acogida por parte de la crítica internacional y cuenta en su reparto con Sergio Chamy, Rómulo Aitken, Marta Olivares, Berta Ureta, Zoila González, Petronila Abarca y Rubira Olivares. A mitad de camino entre el documental y la película de detectives, “El Agente Topo” plantea una simpática y a la vez emotiva historia que transcurre en su gran mayoría dentro de un geriátrico en Chile.
 
Con algunos disparadores que parecen salidos de la ficción –aunque quizás no lo sean– y una estructura y formas narrativas provenientes del policial, la propuesta de la directora del filme “Los Niños” (2016) arranca como una suerte de thriller cómico para irse convirtiendo en un retrato muy humano de las personas que viven en un geriátrico alejadas de sus familias. Como sucede en las buenas películas de policiales negros, la resolución del asunto en sí es secundario. Lo que vale son los personajes, las relaciones y los descubrimientos sobre el mundo y sobre sí mismo que el detective hace en su periplo, para bien o para mal. Al ser un filme documental, la situación acá es un tanto más complicada por la historia en la que una agencia de detectives recibe el encargo de una clienta de averiguar qué pasa dentro de un geriátrico en el que su madre, una residente del lugar, denuncia robos y hasta malos tratos. Imposibilitados de inmiscuirse en el lugar, operan por dos lados a la vez.
 
El Agente Topo
 
Uno de ellos es contratar a una persona mayor que pueda ingresar al establecimiento y reportar directamente desde allí. “El Agente Topo” en cuestión. Y el otro es, con la excusa de hacer una película documental sobre el geriátrico, colar las cámaras adentro del lugar. El agente elegido es Sergio, quien es un amable, educado y muy coqueto octogenario al que, claro, hay que explicarle el funcionamiento de algunas tecnologías para poder informar desde dentro del lugar. Es parte del juego cinematográfico donde convengamos que estando las cámaras con él adentro del geriátrico no hacía realmente falta enviar esos informes casi clandestinos, pero que en la trama funciona muy bien, ya que pone a Sergio a lidiar con el teléfono celular en el WhatsApp, FaceTime, con cámaras en biromes y en anteojos y otros recursos modernos que no le son sencillos de aprender. Pero Alberdi no apunta a burlarse de su impericia con la tecnología. Se trata de unos apuntes simpáticos para presentar a un personaje que pronto probará saber usarlos más o menos bien.
 

Mi 8 de calificación para esta película “El Agente Topo” cuyo interés en la trama principal es lo que pasa adentro del geriátrico. Mientras busca a el blanco que es la madre de la clienta, Sergio se va conectando emocionalmente con muchas de las ancianas que habitan el lugar, cada una con sus particularidades. Una escribe bellos poemas que a Sergio le gustan porque riman, otra es muy tierna e inteligente, pero tiene graves problemas de memoria, otra lo ve como un buen partido para casarse, ya que nuestro agente ha quedado viudo hace poco y tiene hijos y nietos, otra se encariña con él pero tiende a querer escaparse todo el tiempo. Y así hasta que encuentra a la persona sobre la que debe reportar. 
 
De a poco nos vamos dando cuenta que lo que menos importa es la investigación en sí y lo principal pasa a ser el retrato noble, empático y un tanto triste de este grupo de personas que, en realidad, sufre más por el abandono de sus familias que por algo que pueda suceder dentro del lugar. En el medio, de todos modos, Sergio sigue actuando un tanto torpemente como detective, y metiéndose en situaciones complicadas que el documental presenta como de suspenso, a partir del uso de la música inspirada en los policiales. Esta producción fímica llega a Netflix rodeada de algunas circunstancias externas que la vuelven aún más relevante. La pandemia por el coronavirus hizo que muchos pusiéramos la mirada en los geriátricos y en las difíciles situaciones que se vivieron (y se siguen viviendo) en lugares así a partir de que sus ocupantes son grupos de alto riesgo.
 
El filme documental precede a la pandemia, pero obliga a mirar con detenimiento las experiencias que se viven en este tipo de lugares y, especialmente, a humanizar a las personas que habitan en establecimientos así. Los reportes sobre el coronavirus funcionan a partir de estadísticas, cifras y proporciones y lo que la película hace es personalizar esos fríos números. La película de la directora de “La Once” (2014) quedó entre las quince precandidatas al Oscar a mejor filme documental internacional y sin duda será una de las favoritas de los votantes, ya que sabe jugar muy bien en el límite entre el humor y el drama, la película de género y obviamente en el género del documental, y funcionará sin dudas con los espectadores que buscan películas que puedan apostar a la emoción dentro de un género que no siempre se caracteriza por esa cualidad. Y Alberdi sabe manejar muy bien esos hilos, sin que casi nunca el relato se le escape hacia un exceso de sentimentalismo. 
 
Es curioso, además, que la plataforma en servicios de streaming Netflix la haya estrenado en varios países de América Latina, al menos el mismo día que “Descuida, Yo Te Cuido”, una muy buena película de ficción hollywoodense que se centra también en la operatoria de geriátricos, pero esta desde un punto de vista mucho más cínico y hasta cruel. La de la cineasta Alberdi puede ser, si se quiere, un tanto liviana a la hora de retratar condiciones de vida que seguramente deben ser mucho más duras –aquí y allá se ven algunas situaciones más dolorosas pero la película no se detiene demasiado en eso–, pero tampoco es el objetivo de “El Agente Topo” el de hacer un documental de denuncia sobre las condiciones de vida en los geriátricos chilenos. Es, más que ninguna otra cosa, una forma de traer de vuelta a los primeros planos a una serie de personas que muchos –inclusive sus propios familiares– prefieren olvidar y dejar atrás de un portón mientras esperan el fin de sus días. Buena película documental que apela a más las emociones y lógicamente a la reflexión con la gente de la tercera edad y el abandono y la soledad del asilo.
 
Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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