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Tom y Jerry (2021) | República Cinéfila

Tom y Jerry es divertida y entretenida a pesar de que la película está dirigida por el cineasta Tim Story en esta producción fílmica que conserva muchas de las características que han hecho de Tom y Jerry lo que es hoy, también combina otros elementos que entorpecen la adaptación de estos emblemáticos personajes para las audiencias modernas.
 
Uno de estos es sobre todo, la inserción de seres humanos, a los cuales se les dota de la misma -o quizá más- importancia que al dúo dinámico. Y es que después de casi 80 años de existencia, se puede decir que una de las cuestiones más llamativas de las famosas caricaturas del gato y el ratón, era sin duda su capacidad para crear una comedia de situación que resultaba atemporal. En las animaciones, la ausencia de diálogos, la música y los disparates físicos de los personajes, continúan vívidos aún en la actualidad. Sin embargo, la más grande crítica que se le puede hacer a Tom y Jerry -la nueva película híbrida de animación y live action– es que algo no funciona del todo bien en dicho terreno.
 
En la sinopsis oficial de la trama, cuando Jerry se muda al hotel más lujoso en la ciudad de Nueva York, en la víspera de ‘la boda del siglo’, Kayla —la organizadora del evento— contrata a Tom para deshacerse del nuevo huésped. La batalla campal entre el gato y el ratón es una amenaza potencial para destruir la carrera de Kayla, la boda y, posiblemente, al hotel mismo. El problema se agrava con la ambición diabólica de un miembro del staff, quien conspira en contra de los otros tres.
 
Para mi criterio y gusto personal, esta historia es más enrevesada de lo necesario, suponiendo que se trata de una película para un público infantil. Chloe Grace Moretz interpreta a Kayla, una joven que recién arriba a la ciudad de Nueva York en la búsqueda de un empleo para subsistir. Sin ningún estudio o alguna competencia aparente, Kayla sólo encuentra la solución robando un currículum ajeno para ser contratada en el hotel de más prestigio de la ciudad. Una vez empleada, pronto se ve inmersa en la planeación de la llamada boda del siglo: las nupcias de una de las parejas más influyentes del momento. En adición a ello, sus capacidades serán puestas a prueba, mientras lidia con Terrance (Michael Peña), el gerente del hotel que no cede ante sus encantos y hará hasta lo imposible por removerla de su puesto. De entre todo el cúmulo de escenas graciosas de comedia física, si acaso destaca una en particular en donde Tom se balancea de un cable desde las alturas para tratar de ingresar a una lujosa suite que ha sido tomada por Jerry. El espíritu de las caricaturas se hace presente en dicho momento, pero solamente en aquel, lo que es extraño en una obra que tiene más de noventa minutos de duración. La interacción de los actores de carne y hueso con los dibujos, es uno de logros de la película. Si bien, varios miembros del elenco podrían estar acostumbrados a trabajar con pantallas verdes y personajes creados por ordenador, aquí las circunstancias son diferentes porque las animaciones en todo momento se observan ajenas a la imagen live action, una brecha que en otras producciones se pretende disolver con los efectos visuales ultra realistas. A pesar de ello, entre los personajes de la vida real y los dibujos animados existe una conexión orgánica que nunca se siente fuera de lugar y que funciona. Sin embargo, el tener a la pareja de Tom y Jerry no es suficiente. En ocasiones la película es excesiva en sus diversas historias secundarias y esto no permite que el duó protagonista brille como sí lo hace en todas sus apariciones previas. Aunque en general el filme no mantiene del todo el espíritu original de los cortometrajes y caricaturas creadas, escritas y dirigidas por William Hanna y Joseph Barbera, sin duda resultará en una aventura entretenida para las audiencias más pequeñas y todos aquellos que sólo busquen pasar un buen rato en una sala de cine.
 
 
Mi 8 de calificación para esta reciente cinta de Tom y Jerry que es una película con un conflicto más grande de lo necesario y que evoluciona constantemente. Algo que contrasta con las caricaturas y cortometrajes clásicos, en donde la trama era apenas una situación graciosa y sencilla, pero muy efectiva. Mientras que en los animados los personajes eran completamente mudos, el hecho de que esta película tenga humanos en papeles protagónicos complica mas las cosas, pues la combinación de la comedia muda con los diálogos graciosos y sarcásticos en voz de los actores no funciona del todo. A la par, tanto Tom como Jerry llegan a la ciudad y esperan convertir el recinto en su nuevo hogar.
 

Desde luego ninguno de los dos puede vivir bajo el mismo techo, por lo que existirá una lucha entre ambos para deshacerse del otro. Más tarde cuando el personaje de Kayla descubra que un ratón está dando vueltas y robando por los pasillos del hotel más lujoso de la zona -en la víspera del evento más esperado de la temporada- tendrá que contratar a Tom para que extermine a Jerry de una vez por todas. El todo se percibe como algo que no termina por decidirse. No funciona ni la comedia física de los personajes animados, ni la comedia en live action de los humanos y lo más trágico de todo es que Tom y Jerry mismos quedan en un segundo plano: inmersos en una comedia facilona que hace referencia a la música moderna, a las redes sociales y a otras instancias contemporáneas que se sienten insertadas de manera un tanto forzada.
 
Visualmente la estética de Tom y Jerry bebe de manera evidente de otros clásicos filmes como ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (1988, Robert Zemeckis), en su insistencia por combinar la técnica de animación con la acción real. A pesar de que los dibujos mantienen el estilo en dos dimensiones de las obras originales, los animadores han logrado aportar un toque moderno para hacer de los personajes animados, algo todavía más llamativos. Una de las decisiones creativas que resultan acertadas en la película, es precisamente el haber animado a todos y cada uno de los animales presentes en la historia y además insertarlos en una ciudad de Nueva York que no es precisamente igual a aquella de la vida real. Por ello, se podría decir que los pormenores de esta cinta tienen lugar en una ciudad que no es del todo realista, un detalle coincidente a las caricaturas originales. Un detalle interesante que habría que destacar de la creación de los personajes humanos, es que los dos principales, interpretados por Moretz y Peña, son en realidad un espejo de Tom y Jerry.
 
Existe una dualidad entre las dos parejas y una dinámica del gato y el ratón que para los personajes animados es literal, pero que para los actores resulta en algo figurativo. La astucia, malicia y tendencia a la victoria de Jerry resuena en Keyla; mientras que la torpeza, la comedia física y la derrota característica de Tom, cobran vida a través de Terrance. En ese sentido los dos intérpretes cumplen muy bien con su función, especialmente Peña quien resulta carismático y gracioso a pesar de su constante villanía inocentona. Como entretenimiento esta cinta cumple en la forma cabalmente su cometido porque divierte tanto a niños como a adultos, a pesar de en el fondo es una historia cuya trama este algo enrevesada para el público infantil al que originalmente va destinada esta producción fílmica. Pero para quienes crecimos con las caricaturas de los personajes de Tom y Jerry esta película nos hará volver a nuestra niñez. 
 
Por: Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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