La escena ya no es ciencia ficción: estudiantes que le piden a un chatbot que redacte un ensayo, aplicaciones que resuelven ecuaciones con una simple foto y padres que se preguntan si la inteligencia artificial terminará reemplazando al maestro. La pandemia de COVID-19 desató una revolución tecnológica en las aulas para la que casi nadie estaba preparado. Profesores, familias y escuelas se vieron forzados a digitalizar procesos educativos de la noche a la mañana, muchas veces sin entrenamiento, ni herramientas adecuadas. Sin embargo, ese cambio también dejó claro que la única forma de mejorar la calidad de los servicios educativos es implementar soluciones tecnológicas que sean más interactivas, verificables y seguras. Hoy, el reto para las escuelas no es decidir si deben innovar, sino cómo hacerlo sin perder su esencia pedagógica. El debate sobre la inteligencia artificial en las aulas sigue en curso: de acuerdo con un estudio global de Turnitin, el 64 % de los estudiantes expresa preocupación por su uso en la educación; mientras que, 5 de cada 10 mexicanos no saben cómo aprovecharla de forma adecuada. Estas cifras muestran la urgencia de soluciones que acompañen el aprendizaje de forma responsable y humana. En este contexto, el canal Rich Communication Services (RCS) se presenta como una opción intermedia y segura, que no pretende reemplazar la enseñanza tradicional, sino fortalecerla con herramientas inteligentes y verificadas. De acuerdo con datos de Sinch, los canales móviles tienen una tasa de apertura del 98 %, y el 70 % de las interacciones se leen en menos de cinco minutos, cifras que subrayan la efectividad de una comunicación directa y confiable. Además, casi la mitad (49 %) de las interacciones en mensajería ya son enriquecidas, lo que refleja la preferencia por experiencias más dinámicas e interactivas. Más allá de la tecnología por sí misma, el impacto del RCS se refleja en la vida cotidiana de las comunidades escolares. Imagina a los padres recibiendo notificaciones personalizadas y verificadas sobre la asistencia de sus hijos o fechas importantes de exámenes, sin temor a fraudes o mensajes extraviados. Los docentes pueden reducir tareas manuales repetitivas y compartir contenido pedagógico multimedia de forma segura. Mientras tanto, los alumnos acceden a información más clara y dinámica, fortaleciendo su participación en el proceso educativo. De acuerdo con información de Sinch, el 60 % de las escuelas aún enfrenta problemas de comunicación por falta de herramientas inclusivas; mientras que, el 85 % de los padres se involucran más cuando reciben actualizaciones regulares, y el 70 % afirma que la buena comunicación mejora su percepción de la escuela. En este sentido, el RCS no solo moderniza los procesos, sino que fortalece el vínculo entre todos los actores de la comunidad educativa: escuelas, docentes, familias y estudiantes. Entre sus aplicaciones más útiles para el entorno escolar se encuentran:
Para Mario Marchetti, Director de Sinch para América Latina, la clave está en entender que la tecnología no debe suplantar la labor docente ni la relación personal entre escuela y familia. “La idea no es frenar la tecnología, sino canalizarla como una herramienta de apoyo tanto para alumnos como para docentes. El RCS permite que las escuelas den el primer paso hacia la inteligencia conversacional sin necesidad de ceder su esencia educativa ni su estructura de valores”, explica. En un mundo donde la transformación digital ya no es opcional, el RCS representa un camino seguro y progresivo para modernizar la educación. Su implementación no requiere descargas adicionales ni conexión constante a internet, facilitando la adopción incluso en contextos con limitaciones técnicas. Al final, se trata de educar con tecnología, no por tecnología: de usarla como puente para mejorar la calidad educativa, reforzar los lazos humanos y preparar a las nuevas generaciones para un futuro cada vez más interconectado.
Acerca de Sinch: Sinch es pionera en la forma en que el mundo se comunica. Más de 175.000 empresas -entre ellas muchas de las mayores compañías tecnológicas del mundo- confían en la Nube de Comunicaciones con el Cliente de Sinch para mejorar la experiencia del cliente a través de la mensajería móvil, la voz y el correo electrónico. Sinch ha sido rentable y ha crecido rápidamente desde su fundación en 2008. Tiene su sede en Estocolmo (Suecia) y sus acciones cotizan en NASDAQ Stockholm: XSTO: Sinch. Más información en sinch.com
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