El baúl de los malditosMúsicaPoesíaRock

CORCOBADO EN METROPOLITAN

POESIA EN 2000 PEDAZOS

Por Allan Márquez

 

“…Tengo el corazón roto en 2000 pedazos” Fue lo primeo que detonó mis oídos aquel verano del 2000 durante un curso de poesía en el rock, en el cuál el profesor puso esta canción blusero-aberrante, llena de dolor y sufrimiento, escatología pura. Era como escuchar una rola de cannibal pero sin metal.

Posteriormente leyó (el profe) un poema sobre un travestí que se había muerto de una sobredosis de esperma, al escuchar eso sentí un escalofrío en la espina dorsal, ya que relacioné esas palabras con algunos poetas malditos que ya había leído, sin que estos utilizarán estas palabras, lo que relacionaba era la violencia y sinceridad en el mensaje. El romanticismo del XIX no se había perdido por completo, la embriaguez beatnik estaba a flor de piel. En el momento en que el profesor terminó el poema, puso el poemario en la mesa, comenzó a hablar sobre el autor, yo miraba el título “El sudor de la pistola 33” de Javier Corcobado. Mientras miraba el título, el profesor puso otra canción de este “rockero” que para mí era más un trovador electrificado, que escupía sangre metafórica entre líneas verdes y perversas.

Cada palabra que emitía el sonido de su voz shokeaba mi cerebro, por primera vez podía escuchar un verdadero poeta-músico en español vivo que no se sintiera Silvio Rodríguez o que quisiera hacer rock en tu idioma. (Esto lo digo porque al maestro José Cruz lo escuché o más bien lo vi en acción un par de semanas después).

A partir de esa clase comencé a “obsesionarme” más por las líricas en la música, de por sí ya lo hacía con bandas como The Doors, Joy Division, Velvet Underground, Black Widiow, o cantautores/poetas como Dylan, Cohen o el mismo Rockdrigo; todos ellos de la vieja escuela rocanrolera. Sin embargo, Corcobado salía de la etiqueta, no esta casado con ningún genero, y eso me gustó mucho, así que durante un par de semanas me dedique a conseguir discos y cintas de este poeta, en un inicio solo conseguí “demonios tus ojos” y “Agrio Beso” discos densos, oscuros, sin miramientos, poesía naturalista y cruda, que me inspiraba a escribir.

En la actualidad, sigo descubriendo nuevos poemas de este señor español (aunque nació en Alemania) y me siguen llegando a lo hondo de la espina, y si ustedes un bohemio, sensible, pesimista, oscuro y se considera un poco maldito, no se pierda a Javier Corcobado en el Teatro Metropolitan este próximo 6 de abril.

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