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República Cinéfila | Titanes del Pacifico 2: La Insurrección

Titanes del Pacifico 2: La Insurrección
 
A cargo de esta buena secuela se encuentra el realizador Steven S. DeKnight quien debuta en el puesto de director dentro del mundo en el cine de Hollywood, pues es más conocido por trabajar para populares series de televisión de superhéroes como “Smallville” o más recientemente “Daredevil”. La película original que fue dirigida por Guilllermo del Toro nos contaba sobre cómo la humanidad hacía frente a enormes monstruos (Kaijus).
 
La solución que encontraron fue construir muros y enormes robots (Jaegers) para luchar contra ellos. En la sinopsis oficial de esta historia, el planeta Tierra está siendo atacado por los Kaiju, una poderosa raza de alienígenas que proceden de un portal tridimensional, con el fin de acabar con la raza humana. Ante esta amenaza, los supervivientes de la primera invasión tendrán que idear la manera de derrotar al enemigo. Ahora John Boyega (“Star Wars: El Despertar de La Fuerza”) interpreta a Jake Pentecost, un joven rebelde que alguna vez fue una promesa como piloto Jaeger y cuyo padre se sacrificó en la lucha contra los Kaijus para asegurar la victoria de la humanidad, pero que se ve envuelto en una vida criminal luego de abandonar sus entrenamientos.
 
Pero cuando una nueva amenaza, aún más peligrosa, ataca varias ciudades y pone al mundo de rodillas, Jake tendrá una última oportunidad para conmemorar el legado de su padre uniéndose a su hermana, Mako Mori (Rinko Kikuchi), quien dirige a una nueva generación de pilotos que han crecido a la sombra de la guerra. Mientras buscan hacer justicia, su única esperanza será unirse en un levantamiento mundial en contra de la nueva amenaza de extinción. Aquí vemos más robots, más monstruos y más combates, más que el Apocalipsis, lo que estaba cancelado en el verano de 2015 era la segunda parte de “Pacific Rim” (2013), el homenaje a la ciencia ficción japonesa y a un festival de artes marciales por sí mismo protagonizado por robots gigantes y monstruos alienígenas con el que Del Toro iba a sentar las bases de su primera franquicia. Sin embargo, este buen filme resurgió de sus cenizas., ahora el protagonista es Jake, el hijo del personaje que interpretaba Idris Elba en la primera entrega, y han pasado 10 años desde que los humanos con sus Jaeger, los robots gigantes, derrotaron a los Kaiju y se encuentra con viejos conocidos en los roles de Charlie Day o Burn Gorman, nuevos cadetes como la hacker que interpreta Cailee Spaney y su ex copiloto Nate Lambert, al que encarna el joven Scott Eastwood. 
Titanes del Pacifico
 
“Pacific Rim 2” empieza, como algunos críticos y fans han notado, con una suerte de precuela que ya no fue, un resumen bien empacado de la humanidad en los años dos mil veintes, así que no veo necesidad de elaborar otra sinopsis ya que se van a enterar de lo necesario desde el inicio. Para los más clavados en realidad hay una precuela que sí fue, pero publicada en el formato del cómic.
 
Se llama “Pacific Rim: Tales from Year Zero”. Baste saber que hay dos protagonistas, un líder y que esta segunda película es sobre la lucha entre kaijus que son monstruos alienígenas del tamaño de rascacielos y jaegers como robots mechas creados para combatirlos, y que para ser manipulados, los jaegers exigen la colaboración física y cerebral de al menos dos personas, una para cada hemisferio del mecha, por lo que la compatibilidad emocional de sus pilotos debe ser amplia.
 
El boceto general de “Pacific Rim 2” es mortalmente básico, pero esto le permite a su escritura de guion maniobrar con facilidad y, acaso algo de profundidad. El manejo de los jaegers, por ejemplo, es una cálida metáfora sobre la amistad y la empatía. Aunque los protagonistas se sepan compatibles, antes deben resolver las trampas de la memoria. Aunque “Pacific Rim 2” tiene instantes de buen tacto porque hay miradas, modulaciones de voz y diálogos que lo comprueban sus mejores armas son, para qué ocultarlo, la acción y la violencia por la actual demanda impide que muchas películas de acción hollywoodenses sean genuinamente emocionantes.
 
Tenemos que consolarnos con una excitación ambigua. Esas películas proyectan una actividad frenética y difusa, un esfuerzo por sugerir muchas cosas sin especificar lo que se siente correr, caerse, chocar contra un muro, recibir un golpe – en pocas palabras, enfrentar la torpe fisicalidad del mundo.
 
Es cierto que no hay miembros cercenados ni demasiada sangre, pero eso es porque los grandes golpes recibidos en esta película suceden entre kaijus y jaegers. Las escenas de combate entre humanos que verán son tensas, cuidadosamente coreografiadas para que el dolor se manifieste. Cuando estos gestos de estilo se extrapolan a las peleas de gran escala –especialmente a la segunda, la de la hermosa y fosforescente Hong Kong–, “Titanes del Pacifico 2” te rebasa con su fisicalidad y verticalidad, solo puedo recordar algunos ejemplos de películas que han logrado esa verticalidad, ese mirar hacia el cielo y sentirte nimio recordando la aparición de los brontosaurios en “Parque Jurásico” (1993), la volcadura del tráiler de “Batman: El Caballero de La Noche” (2008) y algunos instantes de Cloverfield” (2007). La emoción de “Pacific Rim 2” no está dada simplemente por hipérboles, aunque éstas ayudan bastante los golpes son masivos, los paisajes están llenos de acero, los diálogos son de una imposible brocha gorda, el sonido es envolvente y objetos que para nosotros son inmensos como buques, contenedores, en la acción son usados como bastones. Ayudan también las sorpresas como lo son los recursos de las batallas y, sobre todo, una buena claridad en la filmación. Aunque por momentos la cinta es algo oscura y la cámara se acerca demasiado al combate, la acción es inteligible en un alto porcentaje.
 
En su forma no es una película de encuadres, como algunos podrían esperar, sino una cinética, editada ágilmente pero con pertinencia. “Pacific Rim 2” es un correcto juguete ensamblado con esmero para resistir el paso del tiempo.
 
Titanes del Pacifico
 
Mi 8 de calificación a esta producción, con la primera secuencia de la historia que deja claro que todas las ciudades del mundo son susceptibles de la catástrofe, y la colaboración de los países para defender el mundo es fundamental.
 
Los personajes son capaces de adoptar un pensamiento de colmena. Aunque esta idea me parece bastante más lejana que la posibilidad de que monstruos alienígenas nos invadan, es reconfortante saber que alguien piensa así. “Titanes del Pacífico 2”, pues, no es otra tonta película de gringos vengando a las víctimas del once de septiembre; es más bien el mundo salvándose a sí mismo, abogando por valores como la paciencia y la solidaridad.
 
Porque las cintas de “Pacific Rim” creen en el futuro, sus personajes nunca están solos. ¿Cuántos blockbusters veraniegos subvierten así el individualismo? Este filme no entraña moralejas, pero sí algunos valores y mensajes con los que se puede estar de acuerdo o no. De todos, yo rescato uno que es el de caminar con otro ser humano que exige tacto y empatía –y la falta de ellos no es incorregible. “Pacific Rim 2” le habla a las actuales generaciones que vieron “Godzilla” (2014) y “Kong: Island Skull” (2017), pero la que también vio la caricatura de “Robotech” y, diez años después, la que vio “Evangelion”; e incluso la que vio la saga fílmica de “Transformers”. No creo que sea necesario este bagaje cinefilo para emocionarse, como tampoco es necesario haber vivido una catástrofe para apreciar a Brueghel, o ser alcohólico para leer a Fitzgerald.
 
Basta poner atención a lo que sucede, porque lo que verán no es una película del todo palomera. Es, de hecho, una cosa extraña, algo ligeramente ajena al típico cine de Hollywood, esta mas enfilada a las obras de Steven Spielberg o el mejor M. Night Shyamalan. No creo tampoco que “Pacific Rim 2″sea una obra totalmente vacía, como varios han acusado, pero incluso si así lo fuera, nunca olvidaré que esta película me devolvió a mi infancia viendo las clásicas cintas de “Godzilla” y “King Kong” esperando a que la bestia se asomara por mi ventana. Les deseo de todo corazón como un cinefilo y critico de cine que ustedes sientan algo muy similar. Ojalá también se sientan rebasados ya que este es simplemente un buen filme.
Titanes del Pacifico 2: La Insurrección.
Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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