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Saw: Espiral | República Cinéfila

Durante la década anterior no había película de terror, no importa cuál fuera el argumento, que no incluyera torture porn: esa variante del cine gore que focaliza sus esfuerzos en mostrar violencia extrema, exagerada pero con la suficiente verosimilitud como para sentir repugnancia y empatía por el dolor de los personajes. Películas como Hostel (2005), incluso la recomendable El Despertar del Diablo (2006) remake del filme de Wes Craven The Hills Have Eyes (1976), pasando por las francesas Martyrs, Frontière(s) o A l’intérieur que eran exponentes de una de esas modas que suelen capturar al cine de género, como el slasher en los 80 o el thriller erótico en los 90. Saw: El Juego del Miedo fue la saga que explotó el recurso al máximo, y también la que, con una velocidad y voracidad admirable, lo agotó desde 2004 hasta 2010 hubo una entrega por año. 
 

 
Si dejamos de lado la primera dirigida por James Wan hoy un referente del cine de terror, básicamente porque fue la más lograda en cuanto a la atmósfera y a la tensión, y también la única en la que no se conoce la identidad del asesino el famoso Jigsaw, todas las películas de la saga tienen el mismo esquema: un largo montaje paralelo en el cual se muestran varios juegos mortales ridículos y violentos, los cuales las víctimas de Jigsaw, o de alguno de sus continuadores, deberían superar si es que quieren salvarse (generalmente no lo logran y mueren de formas espantosas); por otro lado siempre se cuenta una trama de policías corruptos inoperantes que intentan resolver el caso, y ocultar pruebas comprometedoras.
 
Al final, por si el público no entiende algo, siempre hay un montaje que explica y ata todos los cabos sueltos. Espiral: El Juego del Miedo Continúa, novena oficial entrega de la popular saga de terror que ya llego a las salas de los cines mexicanos. Esta continuación está dirigida por el cineasta Darren Lynn Bousman, quien tiene experiencia en la franquicia como director de la segunda, tercera y cuarta parte. El elenco está integrado por Chris Rock, Samuel L. Jackson, Max Minghella y Marisol Nichols.
 
En la sinopsis oficial de la trama, una sádica mente maestra desata una retorcida forma de justicia en Espiral, el terrorífico nuevo capítulo de la franquicia de El Juego del Miedo. Trabajando a la sombra de un estimado veterano de la policía (Samuel L. Jackson), el temerario Detective Ezekiel “Zeke” Banks (Chris Rock) y su novato socio (Max Minghella) se hacen cargo de una espeluznante investigación sobre unos homicidios que son inquietamente reminiscentes del horrible pasado de la ciudad. Involuntariamente atrapado en un misterio cada vez más profundo, Zeke se encuentra en el centro del mórbido juego del asesino trabajando a la sombra del estimado veterano de la policía Marcus, el atrevido detective “Zeke” Banks  y su novato compañero William se hacen cargo de una espeluznante investigación sobre asesinatos que recuerdan el espantoso pasado de la ciudad. Involuntariamente atrapado en un misterio cada vez más profundo, Zeke se encuentra en el centro del morboso juego del asesino. 
 
Espiral cuenta con guion original de Josh Stolberg y Pete Goldfinger. Según confirmó el propio Rock, está basada en una historia ideada por él mismo, y dada su implicación en el proyecto, también ejerce oficialmente como el productor ejecutivo. Estamos ante uno de los peores guiones de toda la popular saga, tan inconsistente que nos saca de la película cada cinco minutos para preguntarnos si es posible que existan escritores tan perezosos. Se explican obviedades y se dejan huecos insostenibles, por ejemplo nunca sabemos cómo hace Jigsaw para conseguir la información detallada que maneja de sus víctimas. A veces la víctima justo vivía al lado de su casa con lo cual sabía todo lo necesario, otras veces es alguien que le hizo algo a un primo (literal), y siempre es una estupidez, puro cliché y lugar común.
 
Saw: Espiral
 Spiral: From the Book of Saw
 
Mi 7 de calificación a esta novena entrega, porque si Spiral solo mezclase Superdetective en Hollywood y la saga creada por James Wan, quizá se habría salvado. Pero también quiere ser The Wire, Training Day, un especial de stand up de Rock y una telenovela turca. Nada aguanta esa falta de foco. Y mucho menos la capacidad interpretativa de Rock, la dirección caótica o un Samuel L Jackson que ha ido a cobrar. 
 
Desde que alguien resumió Alien como “Tiburón, pero en el espacio”, Hollywood ha glorificado esta estrategia de pitch hasta convertirla en una parodia de sí misma. Cuando Chris Rock mencionaba, en una entrevista reciente, que Spiral era “la versión Eddie Murphy de Saw” quizá estaba, sin darse cuenta, dando la estocada final a la cultura de la combinación de conceptos frente al esfuerzo por obtener un producto ligeramente novedoso. Para fans incondicionales de la saga que inauguró James Wan con Saw (2004). Juega en su contra lo previsible de sus giros y revelaciones, y se echa de menos un poco más de inventiva en el diseño de las torturas signo de distinción de la saga. Pero, como compensación,  Spiral: From the Book of Saw defiende un cine de terror comercial sin subterfugios, juguetón y nada mojigato. Por inesperado, resulta también atractivo su aire a thriller criminal de los 90 en la forma de describir el entorno policial no exento de carga crítica y concebir la buddy movie (película de colegas). Exigirle a  Spiral: From the Book of Saw  que renueve la saga que revisa es lógico y legítimo. Los remakes, reboots y otros derivados que no ofrecen nada nuevo suelen generar cierto escepticismo. No aceptar que la película de Darren Lynn Bousman sea, con sus matices, una propuesta más fiel a la saga que rupturista generará inevitablemente frustración en el espectador.
 
Es muchísimo más satisfactorio acercarse a ella sin esperar que reinvente nada, sin pedirle que reinicie con un concepto y una intención distintas una de las sagas de terror más populares del siglo XXI. Lo mejor: su defensa de un cine de terror juguetón y sin subterfugios. Y lo peor: exigirle que reinvente la saga que revisa. De optar por lo segundo, Espiral: El Juego del Miedo Continúa se revela una película con sus problemas pero eficaz. 
 
En resumen, el problema de esta producción fílmica es que no comprende el cambio de época, se ve vieja porque es incapaz de reflexionar sobre sí misma y de reírse un poco de tanta ridiculez; y sin humor sólo queda la ridiculez, el fascismo berreta, y una colección olvidable y mal hecha de personajes horribles.
 
Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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