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Free Guy: tomando el control | República Cinéfila

Free Guy: tomando el control. En honor a la verdad, el caso del popular actor canadiense/estadounidense Ryan Reynolds tiene sus interesantes y llamativas particularidades, en sus películas viene construyendo personajes e historias marcadas por la autoconsciencia y un distanciamiento canchero que muchas veces roza lo irritante.

Eso ha llevado a que filmes como Deadpool y Deadpool 2 no profundicen más allá de sus superficies autorreferenciales, o que en Escuadrón 6 agote su batería de chistes, perdiendo de vista lo que implica la composición de un personaje con algo de carnadura. Sin embargo, en Free Guy: tomando el control insinúa un cambio de rumbo para el actor, o más bien un salto madurativo, que le permite colocarse al servicio de lo que se está narrando en vez de querer montar un show propio para la audiencia. Quizás parte de la explicación pase por la asociación que establece Reynolds con el director Shawn Levy, quien armó una saga de aventuras bastante decente como la de Una noche en el museo, dirigió esa pequeña maravilla subvalorada llamada Gigantes de Acero (2011) y es productor de la serie televisiva Stranger Things.

Es que hay una sensibilidad particular en este relato sobre un solitario empleado bancario que descubre que es en realidad un personaje de fondo de un violento videojuego, lo cual lo conduce a acciones que cambian las reglas de su entorno. La autoconsciencia está, a pleno, pero no con una visión distanciada, sino empática, mucho más cercana al espíritu de El último gran héroe, donde la exposición del artificio era también un soporte para una reflexión sobre el lado oscuro de la creación artística. Esa oscuridad aparece en Free Guy: tomando el control por el lado del villano interpretado por Taika Waititi, el supuesto “creador” del juego, aunque esa creatividad que detenta no sea tal, porque lo suyo es puro cálculo, manipulación o directamente plagio.

Utkarsh Ambudkar as Mouser and Joe Keery as Keys in 20th Century Studios’ FREE GUY. Photo by Alan Markfield. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.

Frente al cinismo que encarna el personaje de Waititi, el tándem Levy/Reynolds plantea una reivindicación de lo lúdico y, principalmente, de la aventura, del disfrute puro. Free Guy: tomando el control es una película que no para nunca, pero no de forma antojadiza, sino porque siempre está buscando giros nuevos para llevar adelante la narración y sus protagonistas. Alrededor de ese héroe involuntario que es el personaje de Reynolds, el film arma, a puro movimiento, un pequeño gran universo repleto de seres con los cuales empatizar, como los encarnados por Jodie Comer, Joe Keery y Lil Rel Howery. A todos ellos les brinda un espacio y desarrollo propios, lo que permite que los géneros se fusionen fluidamente: estamos ante una comedia de acción que es también un relato romántico, de amistad y de aprendizaje. 

La alegría de Guy casi logra hacernos olvidar qué ha conducido a la construcción de Free City. A siete años de su estreno, aún parecemos lejos de calibrar la relevancia que ha adquirido un film como La LEGO Película en las actuales derivas de Hollywood. Más allá de que el intento de Warner por desarrollar un universo cinematográfico a partir de la obra de Lord y Miller no saliera del todo bien, sus hallazgos y pensamientos en torno a la cultura pop y a una nueva y mejorada capitalización de la misma han ido permeando los planes de las majors: no solo de la propia Warner en una dinámica que le ha conducido recientemente a la apocalíptica Space Jam: una nueva era (2021) sino también a Disney, que no tuvo reparos en convertir Ralph rompe Internet en un obsceno escaparate de marcas y motivos reconocibles, y ahora tampoco los ha tenido para mantener Free Guy dentro del influjo directo de La LEGO Película. Absorción de Fox mediante. 

Por eso produce cierta angustia el empeño de sus responsables por distinguir Free Guy de la avalancha de blockbusters en tanto a su “originalidad”. Free Guy no es una secuela, no se basa en un material preexistente; forzosamente ha de ser refrescante y nueva. Produce angustia por cómo obedece a un pensamiento que asume atolondradamente cómo funcionan las cosas hoy en día en el aparataje hollywoodiense, leyendo como genuino un amasijo de referentes obvios y sobradamente regurgitados. No es ya que este Fortnite donde vive Ryan Reynolds como NPC remita directamente a La LEGO Película con café y traje de faena incluido, sino que la propia odisea del personaje alude a El Show de Truman (1998) cambiando teleespectadores por entusiastas gamers que ya han encontrado su OASIS antes de que se cumpla la profecía de la estupenda cinta Ready Player One (2018).

Mi 9 de calificación para esta muy entretenida e inteligente cinta, por la asociación entre Ryan Reynolds y Shawn Levy que da como resultado una aventura tan creativa como entretenida, que repiensa apropiadamente el proceso de la creación artística. Ya que se podrá decir que Free Guy: tomando el control apela por momentos a una pirotecnia audiovisual algo excesiva y que algunos de sus diálogos son un tanto redundantes con lo que quiere transmitir.

Pero lo cierto es que Levy nunca pierde de vista lo que importa contar, maneja el tono juguetón con el equilibrio apropiado y le da la libertad justa a Reynolds para que construya el que quizás sea su personaje más querible: un tipo honesto y leal, un romántico nato en todos los aspectos. Free Guy: tomando el control incorpora de forma correcta unas cuantas lecciones de la mencionada El último gran héroe (1993), pero también de filmes como Ready Player One, Jumanji y Zathura.

Desde ahí se hace cargo del rol del creador y los espectadores, además de lo que puede dar la imaginación cuando va de la mano con la libertad. Lo hace con una catarata de colores y dejándonos en claro que no hay nada más importante que la diversión a todo galope. Al mismo tiempo, resulta un poco ingrato abordar Free Guy desde el cinismo. La confluencia de IPs, cameos y guiños a públicos atomizados solo ejerce, al final, como telón de fondo para contar una historia que se pretende ingenua, y Free Guy te lo pone relativamente fácil para que te convenzas a ti mismo de que en efecto lo es. La simpatía de Reynolds, sus desventuras en un espacio urbano que vuelve a estar atiborrado de reminiscencias videojueguiles tras su intervención en Detective Pikachu, otorga a la película de Shawn Levy una coartada excelente, con su mirada infantil en pleno descubrimiento del mundo fundiéndose con la nuestra, tan necesitada por otra parte de este tipo de retóricas. Otra idea recurrente que se ha lanzado sobre Free Guy es su parentesco con la producción de Amblin, y sin duda hay un esfuerzo consciente por retener su magia: pese a su deshumanizado fondo, Free Guy es blandita, luminosa y muy romántica, y sabe cómo beneficiarse de un reparto entregado que cree en lo que está haciendo.

Aunque en este aspecto vuelve a cobrar importancia el modelo LEGO Película, claro: no en vano se trata del anuncio con mejor corazón que jamás haya pasado por la gran pantalla. Free Guy recoge su alegato en pos de la imaginación y lo moldea para construir un discurso presuntamente inspirador sobre el potencial personal, la libertad individual y su capacidad para inspirar a masas adormecidas, que encuentran en el concepto NPC (tan empleado para la ridiculización en círculos alt-right dentro de la comunidad gamer, que por cierto es retratada de forma muy favorecedora por la película) una expresión de lo más adecuada. Teniendo en cuenta cómo la ortodoxia neoliberal y la exaltación del yo han dado forma a la cultura mainstream contemporánea, quizá no se le pueda negar a Free Guy cierta coherencia como síntoma y, a la vez, celebración. 

Ryan Reynolds es la cara más gamberra de Hollywood, desde su interpretación como Deadpool hasta trabajos recientes como ‘Free Guy‘, donde vuelve a demostrar su carisma. Ya consolidado como uno de los tipos más simpáticos de Hollywood, Reynolds ha estrenado en año 2021 una de las películas de acción y aventura más divertidas de la temporada. Free Guy: tomando el control bien dirigida por Shawn Levy, es básicamente una versión de El Show de Truman, pero en lugar de vivir aventuras en un escenario televisivo lo hacemos en el contexto de un videojuego. Muy siglo XXI. 

Ryan Reynolds as Guy and Jodie Comer as Molotov Girl in 20th Century Studios’ FREE GUY. Courtesy of 20th Century Studios. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.

La crítica ha comprado bastante esta película, que colocamos entre los buenos trabajos del actor. Porque sí, porque se lo merece, y porque la actriz inglesa Jodie Comer es la mejor. Cómo nos hemos reído con las mejores películas de Ryan Reynolds, y cómo hemos odiado sus trabajos más infumables. Es ley de vida en Hollywood: no siempre tienes la suerte, la fama o la oportunidad de hacer los proyectos que quieres. A veces hay que empezar desde cero y empezar a escalar. A veces hay que dejarse la dignidad en la puerta y rodar ‘¡Marchando!’ de Rob McKittrick. La industria del cine es cruel, pero Reynolds no lo ha llevado nada mal: de caracterizarse por comedias de baja estofa a convertirse en una de las estrellas más exitosas y queridas del momento, con varios títulos taquilleros a sus espaldas y una personalidad arrolladora en sus redes sociales que sus fans adoran.

¡Hasta tiene una marca de ginebra! ¡Y un club de fútbol en Gales! ¡Y Blake Lively le aguanta cada día en casa! La lotería le ha tocado. Y todo eso se lo debe, en gran parte, a Deadpool el irreverente personaje de Marvel que no parecía tener futuro cuando apareció por primera vez en la simplemente correcta película X-Men Orígenes: Wolverine (2009), pero de pronto la película en solitario dirigida por Tim Miller lo catapultó al estrellato. Ahora, con una secuela igualmente exitosa y una tercera película en camino, Wade Wilson se ha convertido en un nombre indisociable de su persona. Tanto es así que ha accedido a participar como invitado especial en esta lista de las mejores y peores películas de Reynolds, siempre, por supuesto, para poner los puntos sobre las íes. Para bien y para mal. No esperábamos menos. Con Free Guy: tomando el control recién estrenada en los cines mexicanos que cuenta la divertida historia de un cajero de un banco que descubre que en realidad es un personaje secundario en el mundo abierto del videojuego Free City y decidirá convertirse en el héroe de su propia historia que él mismo se va a encargar de reescribir, toca celebrar a una actual estrella del cine hollywoodense como Ryan Reynolds pero un poquito, no mucho.

Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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