El cine mexicano está de luto. Alicia Bonet, la actriz cuyo rostro angelical y magnética presencia definieron una era del horror y el drama, falleció a los 78 años. Su partida, confirmada este domingo 26 de octubre por la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI), cierra un capítulo dorado del cine nacional, dejando tras de sí el eco imborrable de su papel en Hasta el viento tiene miedo, la joya de culto que la inmortalizó.
Nacida el 26 de abril de 1947 en la Ciudad de México, Alicia Bonet irrumpió en la escena artística desde muy joven. Sus inicios en el teatro infantil durante la década de los 50 la catapultaron rápidamente a la pantalla grande, donde su talento y belleza no tardaron en destacar. Con una versatilidad asombrosa, compartió créditos con gigantes de la época como Arturo de Córdova, Angélica María y Alberto Vázquez, consolidándose como una de las figuras más prometedoras de su generación.
La Dama del Gótico Mexicano
Fue en 1968 cuando Bonet selló su pacto con la inmortalidad. Bajo la dirección de Carlos Enrique Taboada, conocido como «El Duque del Terror», protagonizó Hasta el viento tiene miedo. En esta obra maestra del terror gótico, interpretó a Claudia, una estudiante de un internado para señoritas que es atormentada por el fantasma de una exalumna.
La película, aclamada por su atmósfera asfixiante y su horror psicológico, se desmarcó de los monstruos y la violencia explícita que dominaban el género en la época. Taboada construyó una tensión sutil, donde el silbido del viento se convertía en el heraldo de lo sobrenatural. La actuación de Bonet, junto a Marga López y Maricruz Olivier, fue fundamental para el éxito de la cinta, que no solo aterrorizó a una generación, sino que se convirtió en un pilar del cine de culto en México.
La influencia de Hasta el viento tiene miedo trascendió fronteras, inspirando a directores posteriores y consolidándose como una obra atemporal que sigue vigente en la cultura popular.
Una Carrera Brillante Entre Luces y Sombras
Más allá del terror, la filmografía de Alicia Bonet abarcó más de 30 producciones que demostraron su amplio registro actoral. Títulos como El escapulario, Despedida de soltera y la primera versión cinematográfica de Rubí (1970) la posicionaron como un rostro familiar y querido por el público. Su talento también brilló en la televisión, participando en telenovelas emblemáticas como Viviana, A flor de piel y El amor no es como lo pintan.
Su vida personal estuvo íntimamente ligada al mundo del espectáculo. Su primer matrimonio fue con el actor Juan Ferrara, con quien tuvo a sus hijos Juan Carlos y Mauricio, ambos también actores. La pareja, considerada una de las más glamorosas de la época, se conoció durante el rodaje de una película, pero la relación eventualmente llegó a su fin.
Posteriormente, Bonet encontró el amor junto a Claudio Brook, un actor de renombre internacional conocido por sus colaboraciones con el legendario director Luis Buñuel en filmes como El ángel exterminador. De esta unión nacieron sus hijos Arturo y Gabriel.
El Doloroso Retiro de los Reflectores
La vida de Alicia Bonet, sin embargo, también estuvo marcada por profundas tragedias que la llevaron a un retiro paulatino de la vida pública. El primer golpe llegó en 1995 con el fallecimiento de su amado esposo, Claudio Brook, a causa de un cáncer de estómago.
Años más tarde, en 2004, enfrentaría una pérdida devastadora: su hijo Gabriel se quitó la vida a los 29 años. Este suceso marcó un punto de inflexión definitivo para la actriz. El dolor la llevó a alejarse de los escenarios y los foros de grabación, buscando refugio en la discreción y el anonimato.
Su última aparición registrada fue en 2010, en un episodio del programa Lo que callamos las mujeres. Desde entonces, optó por un perfil bajo, un silencio que contrastaba con la intensidad y la luz que proyectó durante sus años de gloria.
La partida de Alicia Bonet deja un vacío en el firmamento del cine mexicano. Su legado, sin embargo, perdura en cada fotograma de sus películas y en la memoria colectiva de un público que la recordará siempre como la joven valiente que se atrevió a enfrentar los susurros del viento, convirtiéndose en un ícono eterno del cine de terror y una leyenda de la cultura popular mexicana.