El anuncio de la adquisición de Warner Bros. Discovery (WBD) por Netflix a cambio de $82.700 millones de dólares ha finalizado la guerra del streaming y ha redefinido el panorama del entretenimiento. Sin embargo, una pregunta resuena en Hollywood: ¿Cómo sobrevivirán dos marcas con filosofías de producción a la antigua, como HBO y DC Studios, dentro del ecosistema de volumen y algoritmo de Netflix?
El acuerdo, que se espera se cierre en 2026 tras las revisiones regulatorias, une al coloso de la calidad, HBO (hogar de Succession, The Sopranos), con el gigante de la escala, Netflix. La tensión entre estas dos culturas creativas será la historia central de los próximos años.
HBO: La Batalla por la Identidad
Históricamente, HBO ha operado bajo la premisa de «no es televisión, es HBO», centrándose en pocas producciones de alto presupuesto y control creativo total para el autor. Este modelo creó el concepto de «Televisión de Prestigio». Netflix, por otro lado, se basa en el volumen constante y el poder del algoritmo para maximizar la retención de suscriptores.
Si bien Netflix ha asegurado que la marca HBO es demasiado valiosa para desaparecer, el futuro de su plataforma, HBO Max, es incierto. La expectativa es que, tras el periodo de transición (que se extiende hasta 2027), HBO Max se fusione en una sección o hub de contenido premium dentro de la aplicación de Netflix, similar a cómo Disney integró Hulu.
El desafío cultural es inmenso. El miedo de la industria es que la necesidad de Netflix de reponer constantemente su catálogo obligue a los ejecutivos de HBO a acelerar sus procesos, sacrificando la meticulosidad que dio origen a sus obras maestras. Ted Sarandos, co-CEO de Netflix, ha expresado respeto por la marca, pero las «sinergias operativas» que se buscarán inevitablemente chocarán con la legendaria autonomía creativa de HBO.
DC Studios: ¿El Ritmo del Algoritmo vs. el Plan a Diez Años?
Otro de los activos más valiosos que pasa a manos de Netflix es DC Studios, incluyendo la totalidad del Universo Cinematográfico de DC (DCU) que James Gunn y Peter Safran están construyendo.
El proyecto de Gunn se concibió como un plan narrativo a largo plazo (más de una década), con una compleja interconexión entre series y películas, diseñado para competir directamente con Marvel. Este tipo de planificación rígida y lenta contrasta con la filosofía de Netflix, que tiende a evaluar el éxito de un proyecto rápidamente (en sus primeras cuatro semanas) y a ajustarse a las tendencias que dicta el algoritmo.
La adquisición plantea dos posibles caminos para DC:
- Aceleración: Netflix podría presionar para aumentar el volumen de contenido de DC Studios para alimentar su máquina de streaming, llevando a estrenos más rápidos que podrían comprometer la coherencia y la calidad que el DCU busca desesperadamente establecer.
- Diferenciación: Netflix podría utilizar a DC como un sello de superproducciones, respetando la ventana cinematográfica para los grandes estrenos de Warner Bros. Pictures, tal como Sarandos ha prometido, aunque acortando el tiempo de exclusividad en salas para un estreno rápido en la plataforma.
Independientemente del modelo, la presión por capitalizar personajes como Batman, Superman y Wonder Woman se multiplicará por el nuevo dueño, cuyo negocio se basa en el constante abastecimiento de franquicias conocidas a su audiencia global de más de 300 millones de suscriptores.
Pero recordemos una cosa, Netflix no es novato en las producciones de superhéroes, ellos fueron los distribuidores de las series de televisión de Marvel que fueron bien recibidas como Daredevil y Jessica Jones, además de albergar por un tiempo el Miller verse aunque con mucho menor éxito.
Lo que aprendimos de Netflix en esos momentos fue que se preocuparon más en la difusión mediática de las obras producidas que en la cuestión creativa, que fue siempre delegada a sus equipos de producción respectivos, por lo que podemos llegar a presagiar un futuro similar para DC, en donde se le de completa libertad creativa a Gunn y Safran, mientras se impulsa la creación de nuevas series de TV o animadas, al estilo Marvel.
El Nuevo Coloso
La compra resuelve los problemas de deuda de WBD y el desafío de crecimiento de catálogo de Netflix. Los consumidores obtendrán la biblioteca de contenido más grande del mundo bajo una sola suscripción (potencialmente), pero a costa de la dualidad de modelos que ha enriquecido la última década de televisión.
El verdadero reto no es financiero, sino cultural: ¿Puede la producción orientada al prestigio de HBO y la ambiciosa estrategia de DC coexistir con la lógica de producción industrial de Netflix? La respuesta definirá el futuro del entretenimiento de alto nivel.