El rock mexicano está de luto. Con profundo pesar, se despide a Alejandro García Lantzeta, conocido en la escena como Alex Lantzeta, una figura clave y pionera en el desarrollo del rock urbano y el punk en México. Su fallecimiento, informado por su hijo Sidney Rebote a través de redes sociales, deja un vacío en una generación de músicos que lucharon por abrirse camino de forma independiente.
Nacido en la Ciudad de México en 1962, Lantzeta fue un pilar del movimiento underground que dio forma y fuerza al sonido más crudo y callejero del rock nacional. A principios de la década de los ochenta, fundó su banda The Suicides, un proyecto que se convirtió en un referente de la escena independiente.
En 1988, Alex Lantzeta y su banda lanzaron el álbum «Tómelo con calma», una producción que encapsuló el espíritu de su tiempo y que hoy es considerada una pieza fundamental del rock mexicano. De este disco se desprenden temas emblemáticos que se convirtieron en himnos para sus seguidores, como “Ten Cuidado”, “Sandy Rock and Roll”, “Adiós Amor”, “Mi Carcacha Lancha” y el icónico “Vamos Pumas!”. Su música también quedó registrada para la posteridad en el compilado «Gas Rockers Vol. 1», testimonio de una escena vibrante y autogestiva.
La importancia de Lantzeta trasciende su propia música. Fue un participante activo y un cronista de su movimiento. Su visión y sus experiencias quedaron plasmadas en su participación en la serie documental «Buscando el Rock Mexicano», donde compartió sus memorias y reflexiones sobre la construcción de una identidad para el rock hecho en el país.
Alex Lantzeta fue más que un músico; fue un sembrador, un artista que, junto a su generación, sentó las bases para que el rock en español tuviera una voz propia y auténtica. Su nombre queda inscrito con honor en la historia del rock mexicano, como un recordatorio del poder de la independencia y la pasión por la música. Descanse en paz.