VEINTE EXPERIENCIAS NECROFILAS (Primera Parte)

18 agosto, 201722 agosto, 2017 Allan Marquez

VEINTE EXPERENCIAS NECROFILAS

La muerte es algo que te sucede una vez en la vida así que hay que sentirla (Jim Morrison)

He soñado con ella diariamente después de verla sobre el tezontle dormido de Iztapalapa, el humo que emerge de sus cadavéricos labios succionaron mi pené erecto, que ha esperado por deslizarse sobre su agusanado vientre.

Tan grotesca es la sangre que corre por las calles de la nueva Tenochtitlan después del plantón del 2, como la de la monja crucificada. Somos el producto de un mestizaje absurdo, sólo los recuerdos de los ancianos nos han sido heredados en danzas mictlanescas, ya no hay jade ni obsidiana, ahora las pirámides tienen grandes ventanales de imágenes de prostitución, no hay códices en nuestros muros, pues han sido contaminados por el ser de la cruz, por el gran legado de centauros armados.

Nada más que el recuerdo de nuestros ancianos nos queda.

Estoy postrado sobre la avenida de la antigua Cuitláhuac, ya no hay canales mexihcas, ya no hay chinampas ni chalupas, sólo hay asfalto y autos con ruido y sangre de humo, ya no hay naturaleza sino plastificación.
Hoy tuve mórbidas visiones sobre tu ser, vi tu alma y corazón pisoteados por el maestro de significación. El destino nos unifico y nos despedazo, la lluvia envenenada que Tlaloc escupe desde el cielo nos guiara al Mictlan, donde nuestro amor permanecerá. Danzaremos y danzaremos en el aquelarre totalmente desnudos a la luz de Coyoxualqui opacando al buen Tonatiuh.
Qué bien se siente estar alumbrado por tu hermosa estela, en donde recaerá mi alma al salir de este nefasto lugar, se verá como el tuyo quizás, aunque no lo creo.

Tlahuzcaltepantecuhtli, que viajas hasta las entrañas del mismo Mictlan para recuperar a tu doncella perdida desde tiempos inmemorables, allí donde yo aguardare por unos cuantos siglos, luchare por mi sagrada alma, por mi bella sangre dada en un tiempo de caos, que fue mejor que el tiempo venidero, mi estrella viajará hasta a ti y reposará en los aposentos malditos de tu solitario lugar, corrompido por el vómito de los dioses y de su ira fecunda, que no puedes olvidar.

Tlahuzcaltepantecuhtli, pronto morirás y ya no caerá más luz sobre el muerto Anáhuac.

Hermosa mujer blanca, que duermes bajo nubes heladas, me postraré a tu lado contemplando tu hermosura, veo a tu alma revolotear con antiguos nahuales que te violan sin parar.

Veré a Mayahuel entrar en ti, succionando tu helado cuerpo mientras sueñas que mueres, rodeada de espinas sangrientas, que se clavan en tu alma y en tu corazón, y yo a tu lado petrificado por la entumición, contemplo tu hermosa figura sin poder penetrarla.

Cometer deicidio contigo es como morir yo, pero él no matarte me hace odiarte más. Darte mi amor sería amarte como Dios, pero tú sólo has demostrado que no tienes compasión y eso hace que te deseé cada día más. El no tenerte hizo enloquecer mi homicidio, sonreírle al diablo sería como amar a Dios, poner mi fruto sobre tu vientre sería como violar a tu muerta madre sin antes mirarte. Ya nada de eso importa, porque estas muy lejos

¡tu padre me ha ganado!

Dioses inmaculados con dagas en sus manos, demonios excitados fornicando con el cielo devastado en lágrimas profundas desde la primavera. Ángeles y demonios con orgasmos mundiales, ríos de sangre en nuestro interior jugando a hacer el amor, placentas y cordones destrozados, niños con peste abrumados.

Putas y sacerdotes fornicando en el purgatorio, infantes gozando el esplendor, Ángeles abortando y polveando su nariz mientras Pedro mama tu matriz

Manantiales purificados ardiendo en llamas, destellos de la luna criando alabanzas

He escuchado the end mil veces, he visitado tu cocina del alma para regodearme en tu tierno mar hundido, te has balanceado la noche entera hasta el final; cuando la música termine, danzarás como niña salvaje con mi pene muerto sobre tus muslos; me estás viendo cambiar después de estar completamente jodido, después de que mis ojos te han visto vomitar hormigas sobre mi verde rostro. He fabricado una mujer estúpida como la virgen que abre las piernas afuera de la catedral para abortar a un indígena con su rostro en sus ropajes, mientras Norberto lame su clítoris escuchando The end.