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República Cinéfila | Cementerio Maldito (2019)

Aunque la mayoría de la crítica mundial la ha tratado como un remake menor, en mi opinión y percepción personal esta película está bastante bien y le es fiel al filme original de 1989, que se ha vuelto de culto basado en la aterrorizante novela de Stephen King, “Cementerio Maldito” también conocida como “Cementerio de Mascotas”, cuenta en su sinopsis oficial en la trama la historia del Dr. Louis Creed (Jason Clarke), quien al mudarse de la ciudad de Boston a la zona rural de Maine, con su esposa Rachel (Amy Seimetz) y sus dos pequeños hijos, descubre un misterioso cementerio, escondido en el bosque cercano a su nueva casa. Luego de una tragedia, Louis recurre a su inusual vecino, Jud Crandall (John Lithgow), provocando una peligrosa reacción en cadena que trae terribles consecuencias. Bajo la dirección de los jóvenes cineastas europeos Kevin Kölsch y Dennis Widmye, esta es pues entonces mi crítica y análisis de “Cementerio Maldito”, cinta que aún permanece en la cartelera de los cines comerciales y que vale la pena ver, sobre todo para un publico que disfruta de sagas en el género como “Actividad Paranormal” y sobre todo de la franquicia de “El Conjuro”. Esta película es una versión tan dura como el desenterrar un cadáver. O eso imaginamos con el momento que King vive en la actualidad es único. Si ya era conocido por su pasión a la hora de valorar las adaptaciones de su obra, las redes sociales le han convertido en el influencer del terror, opinando con vehemencia sobre política o cinefilia. Esto, sumado a la oleada de proyectos que esperamos bajos su nombre tras el reciente éxito de “It” y al ejército de fanáticos que genera su obra, hace que cualquier revisión acontecida hoy se convierta en todo un evento mediático. El hype tras “Cementerio de Animales” así lo confirma.
 
Cementerio Maldito
 
Y es que parecería que alguien enterró la versión original de 1989 en un cementerio indio, y salió esta simplemente correcta versión. El concepto central de “Cementerio de Animales” es que todo lo que se entierre ahí revive, pero se vuelve malo. Y eso es más o menos lo que le pasa a esta nueva adaptación de la novela de Stephen King, es como si alguien hubiera enterrado en el cementerio la versión de 1989 y el resultado es este remake. El problema inicial al que se enfrenta la película es el mismo al que se enfrentó el director Andy Muschietti en la última versión de “It” (2017), porque ambas versiones originales, con sus altibajos, son películas icónicas y generacionales que suelen estar frescas aun en la memoria colectiva, con lo cual la comparación surge casi de manera natural, al menos para cierto público.
 
Entendiendo esto, por ejemplo Muschietti marca el territorio desde el principio, dejándonos en claro que nos va a tener que contar lo mismo, pero que tiene una mirada particular y diferente para cada una de las secuencias icónicas que construyen el relato canónico de “It”. Básicamente lo mismo que hacen estos jóvenes directores muy competentes, que le imprimen una mirada sobre la historia que nos quieren contar. Durante la primera hora se nos cuenta, sin demasiada inspiración o algún tipo de diálogo con la versión anterior de 1989, lo mismo que todos sabemos que el doctor Louis y su mujer Rachel, junto con sus hijos pequeños, y el famoso gato Church, se mudan a un pequeño pueblo de Maine en busca de una tranquilidad que, evidentemente, la gran ciudad de Boston no puede ofrecerles. Inexplicablemente eligen mudarse a una casa sobre una carretera famosa por la cantidad de camiones que pasan a velocidades casi ridículas, y que en el fondo tiene un cementerio para las mascotas de la comunidad, que en realidad es una fachada para un cementerio indio con capacidades sobrenaturales, aunque de eso nos enteramos avanzada la trama. Esta cuestión casi se les escapa a los directores de “Cementerio de Animales” Dennis Widmyer y Kevin Kolsch, que dejan pasar la oportunidad de reescribir todas las secuencias más icónicas y se limitan a hacerlas a reglamento como tachando una lista de cosas que tienen que hacer sí o sí, pero sin tantas ganas. No generan tantos climas ni tensión, sólo acumulan escenas que van llenando los casilleros necesarios. Aunque digamos también que se animan a tomar un par de decisiones fuertes, y puramente argumentales, que le agregan un gran  interés a la película cuando ya es demasiado tarde. Básicamente se apoyan demasiado en el gato, quiero decir en la importancia de la mascota de la familia para el relato, cuyas aventuras son las únicas que hacen avanzar la trama. Y luego cambian un hecho central que hace que la secuencia final sea más interesante y, sobre todo, muy sorpresiva. Cuando llegan los momentos importantes en la historia, en impactantes escenas como el accidente con el camión y la matanza final, encontraremos lo mejor de esta actual versión. De hecho las actuaciones de todo el elenco y reparto están bastante bien, asumiendo cada uno en sus personajes la carga de suspenso que conlleva la llamativa trama.
 
Cementerio Maldito
 
Mi 8 de calificación a esta nueva versión de “Cementerio de Animales” que es la adaptación de la popular novela homónima de terror del escritor norteamericano Stephen King, contándonos una llamativa historia de una familia que decide empezar una relajada vida en el campo, sin sospechar que su nuevo hogar está edificado a escasos metros de un embrujado cementerio para mascotas. Aunque no es un mal filme, no presenta riesgos narrativos y renuncia a explorar sus dramas, prefiriendo llevar la narración hacia lugares más seguros, proponiendo sobresaltos basados en una violencia controlada y algún buen momento gore. Esta es una cinta muy apta para aquellos que acertadamente lleven una temporada insoportablemente maleducados por el riesgo de estupendas películas como “Hereditary” (2018), donde únicamente encontrarán una aburrida ausencia de ingenio. Los que disfruten del género de cine de horror por defecto tienen una película muy dinámica, que quizá plantee algún elemento diferencial en su mitología, en sus interpretaciones digna de ser disfrutada que de repente estamos ante un filme más sencillo en su narración, pero también más divertido, que se regodea en su mala leche y en su falta de escrúpulos. Pero como decía un par de líneas atrás, ya es demasiado tarde, ya nos aburrimos demasiado, el final no es lo suficientemente bueno como para revivirnos. Mención aparte merece la espantosa versión del tema musical homónimo “Pet Sematary” de los clásicos punk rockers Ramones que escuchamos al final, como si nunca nos fuéramos a escapar de este tedio. Vale la pena para quienes no hayan leído nunca la novela y sobre todo, de que no hayan visto el filme  original, que supongo es la mayoría del público al que va dirigido; al de los jóvenes en un terror light que se produce en el Hollywood actual.
 
Reseña: Cementerio Maldito
 
Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodista.

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