Muerte de un Unicornio | Jenna Ortega hace gritar a todo el público.
Cuerpos destripados. Sangre púrpura. Y unicornios asesinos. Esa es la receta que convirtió a «Muerte de un Unicornio» en uno de los descubrimientos sorpresa del Festival de Cine y Televisión SXSW, donde se estrenó el sábado con una recepción estruendosa.
La película sigue a Elliot y Ridley Kintner (Paul Rudd y Jenna Ortega), padre e hija, quienes visitan al multimillonario jefe de Elliot, Odell Leopold (Richard E. Grant), en su lujosa mansión en lo profundo de la naturaleza canadiense. Para su total asombro e incredulidad, atropellan accidentalmente a un joven unicornio durante el camino. Como están en medio de una reserva natural, meten el cuerpo en su auto alquilado y lo llevan consigo, con la esperanza, en vano, de mantener desprevenidos a Odell, a su esposa Belinda (Tea Leoni), con su inescrupulosa y despreocupada esposa, y a su hijo Shepard (Will Poulter), un holgazán y diletante.
Una vez que los Leopold se enteran de que la sangre del unicornio curó el acné de Ridley y las alergias de Elliot, comienzan a cosechar rapazmente el cuerpo del animal por sus propiedades curativas milagrosas, ignorando alegremente las advertencias de Ridley sobre cómo los unicornios, según la tradición medieval, son en realidad monstruos feroces.
Es en este punto que aparecen los padres del unicornio y comienzan a vivisecar a los científicos y al personal de seguridad de los Leopold en busca del cuerpo de su hijo. El guionista y director Alex Scharfman, en un prometedor debut como director, hizo reír a carcajadas, gritos de terror y vítores triunfales al público mientras (alerta de spoiler, por lo que ocurre en este tipo de películas) los Leopold son despachados de formas estrafalariamente sangrientas.
“Muerte de un unicornio” se estrena en cines de A24 el 28 de marzo.