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República Cinéfila | Sicario 2: El Día del Soldado

La cinta original “Sicario” fue dirigida en el año de 2015 por el competente cineasta canadiense Denis Villeneuve (“Blade Runner 2049”) tres años después y para todos los que fue de su agrado esa excelente cinta de suspenso policíaco, llega la secuela. Este nuevo proyecto tiene al mando a Stefano Sollima, responsable de otras cintas como “Gomorrah” (2014).

La actriz Emily Blunt, protagonista de la primera película, no regresa para la continuacion; ahora sólo contamos con Benicio del Toro y Josh Brolin quienes repiten sus respectivos personajes. La sinopsis en su trama se centra en Alejandro que tendrá que vérselas con un despiadado agente de la CIA. La guerra por la droga en la frontera entre Estados Unidos y México ha llegado a su punto más alto y los carteles han comenzado a traficar con terroristas. El agente federal Matt Graver (Josh Brolin) vuelve a formar equipo con Alejandro Gillick (Benicio del Toro), cuya familia fue asesinada por un capo mafioso.

Como medida desesperada para atrapar al narco, Alejandro secuestra a la hija de un capo del cártel y se desata la guerra en ambos bandos. Si en el “Sicario” (2015) de Villeneuve asistíamos a cómo alguien puro e inocente como el personaje de Emily Blunt casi aterrizaba en un planeta desconocido, en un mundo alienígena peligroso, en esta formidable continuación descubrimos el alma de aquellos entes en principio impersonales. El desierto, lugar mítico y metafórico que abarca toda la acción reflexión del filme, y que hace de este una obra absolutamente fiel consecuente con el universo como director del guionista Taylor Sheridan, desnuda la trama y la transforma en una representación mas simbólica, violenta, incluso salvaje e hiriente, que su antecesora, en este via crucis que sabe ir del apunte pesimista político a una mirada sobre la amistad, que busca la luz en la oscuridad. Es cierto que en la forma muchas veces en las escenas de accion a base de los fogonazos de las armas de repetición, y, sin embargo, también la encuentra en sus escenas más intimistas y nocturnas.

Sicario: Day of the Soldado
(I a r) Josh Brolin, Jeffrey Donovan y Benicio Del Toro en SICARIO: Día del Soldado

En la primera secuencia de este estupendo filme volvemos a la frontera entre México y Estados Unidos, que sirvió de tenso escenario en la cinta predecesora, esa que es, en la realidad, un brutal lugar para emigrantes tratando de cruzarla cada noche. Un acercamiento por aire al desierto por donde corren guiados por coyotes, recuerda a la experiencia de realidad virtual muy real que hizo el cineasta mexicano Alejandro Gonzalez Iñárritu en su llamativo cortometraje “Carne y Arena” (2017).

Les pillan, les rodean, acorralan, pero uno escapa, le persiguen y explota al inmolarse. Al rato, descubren alfombras de oración cerca, en esa misma frontera. Y, al otro lado, en el lado norteamericano, tres terroristas islámicos se vuelan por los aires con la frialdad más absoluta en un supermercado. Una escena dura en la que el nuevo director, sucesor de Villeneuve, el italiano Sollima, bien entrenado en la crudeza de la violencia y la fealdad humana en las series televisivas “Gomorra” y “Suburra”, deja claro que esta nueva entrega de “Sicario” no va a ser un paseo por las nubes, ni siquiera es más un ejercicio de thriller dramático, de suspenso y de acción, sino un retrato sin algodones, sin medias tintas de esos lugares y gentes en los que para la vida no vale nada.

Y como tal, ningún reproche a este “Sicario 2: El Día del Soldado”. Esas dos autoinmolaciones abren este auto sacramental, disfrazado de película de acción y de árido reportaje periodístico sobre la guerra contra las drogas. La segunda de ellas, filmada en una virtuosa panorámica que se diría la mirada de un espectador teatral ante una ejecución ritual, enfrenta, en un tenso y congelado instante, a un terrorista con una madre que trata de proteger a su hija. El terrorismo deja entonces de ser el motivo de esta secuela, en ciertos aspectos superior a su precedente filmado por Villeneuve, y se convierte en una máscara trágica que cae y nos desvela en su fondo la clave de la película que es el sacrificio. La relación que se establecerá entre ese torturado mercenario encarnado por Benicio del Toro y la niña que debe secuestrar, asesinar y, finalmente, salvar en la correcta actuación de Isabela Moner sitúa a “Sicario 2: El Día del Soldado” en una especie de terreno bíblico, en una abstracción donde ángeles exterminadores devienen de la guarda, y donde un mesías adolescente será el deus ex machina de una muerte y una resurrección.

Sicario Day of the Soldado
Elenco de ‘Sicario: Day of the Soldado’ en Columbia Pictures ‘Sicario: Day of the Soldado’ Premiere en Los Angeles en el Regency Village Theatre de Los Angeles, Junio 26, 2018.

Mi 8.5 de calificación a un perfecto artefacto de acción, de entretenimiento, sin cabos sueltos, que no te deja ir en sus dos horas de duración con más testosterona que la anterior, eso sí. No vuelve la bella Emily Blunt, aquella guía que era nuestros ojos impresionados en el mundo de los carteles de narcotraficantes mexicanos.

El enlace con Washington, el lado político, manipulador y frío de esta batalla perdida lo pone Catherine Keener siempre en su lugar. Y, por supuesto, sí están Benicio del Toro y Josh Brolin retomando sus papeles como esos dos tipos casi tan insensibles ante la violencia como aquellos contra los que luchan. La diferencia, dice en su opinión el guionista Taylor Sheridan (“Comanchería”, “Wind River”), es que estos dos tienen sus personales razones ya que para Del Toro es su vendetta personal; para Brolin, su sentido del deber.

La pobreza es otra razón para acabar enfangado en el tráfico de personas, o parece que el simple aburrimiento y hasta la glamurización de una vida al límite y con abundante dinero fácil. En ese sentido, Sheridan ha tirado en este guion de todos los hilos del origen de la violencia en esa zona candente del mundo. Indaga en todos, con una película más coral de alguna forma. Y, al hacerlo, es por donde se mete en un terreno que roza la irresponsabilidad. ¿Por las fronteras mexicanas entran los terroristas islamistas? Una premisa que le viene muy actual al señor presidente Donald Trump.

Y no, por si quedan dudas, no hay ni un registro de que algo así haya ocurrido. ¿Para qué van a jugársela cruzando una de las fronteras más peligrosas del mundo si ya están dentro? Sí, eso es lo que acaba diciendo, pero ya ha soltado ahí la duda, la idea y para complicarlo un poco más, hasta mete piratas africanos en el proceso. ¿Lo que sea por lavarse las manos? El origen del mal puede estar en muchos más lugares, pero no todo vale en esta era del odio que vivimos, ni siquiera en una película que, como thriller de acción, es un reloj bien engrasado por la genial actuación de Benicio del Toro. No todo vale en el entretenimiento por el simple entretenimiento. Y la premisa de Sheridan es irresponsable en tiempos de Trump. Cinta apta solo para los fascinados por la violencia y la humanidad con lo mejor, que fue ver ese plano final absolutamente inquietante y con lo peor, que la trama terrorista despiste de alguna manera al espectador.

Reseña Sicario 2

Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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