Rowan Atkinson regresa con Johnny English 3.0
Como bien lo aseveró Rowan Atkinson en su participación durante el programa de Graham Norton, hacen falta comedias familiares. O películas familiares en general, es como si últimamente el juego estuviera detenido solamente en la cancha de los blockbusters espectaculares de acción, dejando el entretenimiento puro y simple de lado.
En ese sentido, Johnny English Strikes Again es fiel al género.
Se trata de una comedia familiar colorida y muy entretenida, la tercera entrega en la trilogía del personaje. Lo genial de esta saga es que no es necesario haber visto la anterior para poder entender o disfrutar de esta película.
Johnny English se encuentra retirado, ya no es más un agente secreto, sin embargo los viejos hábitos son difíciles de olvidar. Aunque se encuentra empleado como profesor de Geografía en un prestigiado colegio británico, Johnny English dedica su clase a entrenar a los espías del mañana, mostrándoles habilidades como el camuflaje, infiltración o la incapacitación del enemigo.
Sin embargo un ataque cibernético al gobierno inglés deja al descubierto a todos los operativos secretos del gobierno y no les deja otra opción más que el uso de agentes retirados cuyas identidades habían sido eliminadas de las bases de datos con antelación.
De esta forma el Agente English debe regresar a la acción para defender los secretos e infraestructura de la gran Bretaña de este grupo de ciberterroristas que amenazan a toda Europa.
¿Qué hace a Johnny English el agente perfecto para la misión? Su completo desconocimiento de la tecnología, por lo que tratará de resolver el caso a la antigua, utilizando estrategia y carisma para ganar la situación.
Es en este aspecto que la comedia física de Rowan Atkinson destaca, como el pez fuera del agua, su Johnny English se encuentra completamente desconectado de las últimas tecnologías y desdeña los smartphones, prefiriendo emplear técnicas de espionaje de la vieja escuela.
Se trata también de una crítica de los tiempos actuales en donde todo el mundo está pegado a una pantalla y todos los aspectos de nuestra vida parecen conectados de alguna forma a la misma red de información.
Si bien no brinda alguna sorpresa, la comedia funciona en su esencia básica: entretener y hacer reír con las ocurrencias de Atkinson quien aún sigue conservando un impecable talento humorístico a pesar de la edad.
Se trata de la píldora de diversión que necesitamos en estos tiempos problemáticos.
