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República Cinéfila | A dos metros de ti.

Las cintas de romances juveniles sobre dos enamorados que ven sus posibilidades de estar juntos tambaleandose a causa de una mortífera enfermedad es un tema algo desgastado en la actualidad, pese a que traten de hacer aportaciones propias la verdad, no sé en qué momento la humanidad dio este giro para que los jóvenes disfruten y se emocionen en el cine con historias de amor protagonizadas por enfermos terminales. Me pasaba hace unos años cuando vi “Bajo la misma estrella” (2014), “Todo, todo” (2017) y me vuelve a pasar ahora con “A dos metros de ti”. Y, estimo, me seguirá pasando. Digo jóvenes porque está claro que son el público meta al que este tipo de películas apunta con historias protagonizadas por adolescentes donde, como en este caso, las redes sociales y las nuevas formas de comunicación con las vídeo llamadas, el Whats App y con el Youtube son herramientas constantes tan indispensables que, sin ellos, la película simplemente no podría existir. Pero el problema es la premisa sobre la enfermedad terminal. A ver, el tema de la enfermedad terminal era algo común en el cine sobre todo hollywoodense, está el caso histórico de “Love Story” (1970) o también en “La fuerza del cariño” (1983), pero era un recurso del guión que aparecía subrepticio. Uno iba a ver un drama, y se encontraba con la enfermedad del cáncer. No iba a ver de una película cómo dos personas enfermas se enamoraban, y se regodeaba en el morbo del tratamiento médico para reflexionar sobre el amor y lo lindo que es quererse y lo importante que es la muerte para fortalecer sentimientos. En fin, que en la sinopsis oficial de la trama de “A dos metros de ti” tiene como protagonistas a dos enfermos de fibrosis quística que atraviesan sus tratamientos en un hospital. La distancia que explicita el nombre del título es una regla de la enfermedad, ya que quienes padecen este tipo de dolencia no pueden estar a menos de dos metros de otro enfermo, porque corren peligro de contagiarse algún virus.         
A dos metros de ti
 
La película del director Justin Baldoni tiene al menos un personaje interesante, que es la Stella que muy bien personifica la joven actriz Haley Lu Richardson, que es una chica controladora a la que el suspenso sobre su propia muerte vuelve, claramente, más obsesiva.  El otro enfermo, el personaje de Will que lo interpreta Cole Sprouse, es un arquetipo más previsible, el artista torturado, dueño de un fatalismo que la película usa para oscurecer el panorama y volver todo un poco más cool/irónico. Mientras “A dos metros de ti” es el drama de Stella, con su forma de afrontar la muerte, propia y ajena, este en el fondo es un filme muy discreto, donde el uso de la tecnología le aporta ritmo y la impone como un producto actual y generacional. Hay allí algunas ideas interesantes, una forma de registrar los afectos con cierta distancia y la honestidad de un personaje que busca estabilizar sus emociones y tener todo bajo control. Los problemas, para los protagonistas y para la película, llegan obviamente con el sentimiento del amor, o sea que aborda los típicos clichés y lugares comunes que nos brinda este tipo de subgénero cinematográfico y sale mas o menos bien librada. A partir de que Stella y Will confirman su romance, la película se vuelve un maratón de cursilería telenovelera aunque tal vez lo era ya, pero no tan evidente, que juega malamente al suspenso con la salud de sus personajes y apuesta por lo trágico, sin dejar de lado el mensaje esperanzador y la autoayuda. Con un atenuante: la imposibilidad de los personajes por tocarse abre una mirada subterránea pero nada inocente sobre la virginidad, y pone al sexo en un lugar peligroso. Algo que para nada casualmente se ha instalado en varias historias adolescentes de los últimos tiempos.                                                                                      
A dos metros de ti
Haley Lu Richardson y Cole Sprouse en FIVE FEET APART.
 
Mi 7.5 de calificación a esta producción fílmica que no vamos a negar que sentimentalmente le llega al espectador, pero que no pasa de ser casi un producto de película para la televisión. Entre lo mas rescatable que aporta esta correcta cinta es la estupenda química entre los jóvenes actores Haley Lu Richardson y Cole Sprouse, así como el desenvolvimiento del elenco secundario en general. Aunado a lo genérico del argumento, salta a la vista la poca presencia que tienen en la trama los padres de los enfermos, lo cual en el fondo le resta realismo, en especial porque la enfermedad es uno de los ejes narrativos de “A dos metros de ti” que presenta un riesgo para el cínico como uno que mira todo con desconfianza ya que para mi gusto y criterio Richardson es una excelente actriz que ya lo habíamos notado en la gran película “Columbus” (2017), y uno le cree todo. Lamentablemente Baldoni no cree que con eso alcance, con una chica y sus miedos, y en la última media hora el relato termina por desbarrancarse en una serie de manipulaciones melodramáticas innecesarias. El final es apoteósico por lo simple y sencillo que apuesta sacar los pañuelos al llanto a moco tendido como confirmación de calidad. Y uno se queda pensando el sentido de todo este calvario sentimental, aunque nunca el sentido de la vida y la existencia. Buena película apta para ver sobre todo en pareja.
 
Reseña: A dos metros de tí.
 
Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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