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República Cinéfila | Maléfica: Dueña del Mal

El buen recibimiento taquillero internacional que tuvo la película Maléfica en el 2014, dio como resultado que Disney confirmara la secuela y han pasado ya cinco años de este proyecto, por lo que ahora la casa de Mickey Mouse consiguieron al guionista indicado para escribir la continuación y que Angelina Jolie se mantiene en la piel de la icónica villana de la Bella Durmiente.
 
En la sinopsis de la trama, varios años después de lo acontecido en la primera película, la frágil alianza entre Maléfica y Aurora volverá a verse amenazada ya que  Maléfica (Angelina Jolie) y su ahijada Aurora (Elle Fanning) comienzan a cuestionar los complejos lazos familiares que las unen, mientras son presionadas en diferentes direcciones por una boda inminente, aliados inesperados y nuevas fuerzas oscuras que entran en juego. En su momento la primer cinta  se llevó muchas malas críticas inmerecidas por subvertir los clichés Disney y la imaginación al tipo de cine de Jim Henson con sus criaturas que habrían merecido una mejor acogida. Pero funcionó en la taquilla mundial, así que esta secuela llega para recoger sus laureles sin renovar sus méritos.
 
“Maléfica: Dueña del Mal” se sitúa, como su predecesora, en la frontera entre el cuento de hadas y la fantasía de espadazos, pero tanto la fuerza simbólica de lo primero como las posibilidades de lo segundo para la imaginación desbocada se le escapan, en parte por rutina, en parte por pereza. Ni siquiera el duelo de consuegras interpretadas por Jolie con la veterana Michelle Pfeiffer consigue hacernos subir la adrenalina. El hada Angelina vuelve sobrada de CGI, pero sin apenas fuerzas para embestir.  Disney presentó ya la continuación de aquella historia conocida simplemente como Maléfica y que se centraba en el hada con cuernos a la que todos consideraban la encarnación misma del mal.  En esta secuela nos reencontramos con el hada con cuernos varios años después de lo que vivimos en aquella primera historia. Ahí exploraremos la compleja relación entre Maléfica y la próxima reina mientras establecen nuevas alianzas y encaran la defensa del reino frente a nuevos adversarios, buscando proteger a la vida dentro de sus límites con el realizador europeo Joachim Ronning es el director de esta película escrita por Linda Woolverton y el trabajo de Jolie como el hada de apariencia siniestra es efectivo y logra darle una personalidad única con un toque de cinismo combinado con valentía, inteligencia y un poco de compasión. 
 
El gran problema de Maléfica en su primer cinta no era tanto su intención de establecer una reescritura de la villana de La Bella Durmiente, convirtiéndola más en un personaje maldito que en uno deliberadamente malvado, como la forma en que lo llevaba a cabo: con giros abruptos y arbitrarios, que llevaban a la protagonista a ser apenas un instrumento del guión, una suma de gestualidades superficiales en función del carisma –escaso por cierto- que aportaba Angelina Jolie. Era una película que arrancaba con un imaginario completo al cual se dedicaba a vaciarlo hasta convertirlo en una mera cáscara, continuando ese proceso que ya se venía insinuando en Alicia en el País de las Maravillas y que ya se ve consolidado en las nuevas versiones recientes de famosos relatos de Disney, como “Aladdin” y “El Rey León”. De ahí que fuera válido preguntarse por el sentido de realizar una continuación para una estructura narrativa que ya se había saboteado a sí misma en la primera parte. Cuando este segundo filme consigue dejar en claro las fuerzas en oposición, el relato cobra algo de dinamismo, lo cual no implica vitalidad, energía y menos aún empatía. No hay una verdadera conflictividad, tampoco un crecimiento o aprendizaje con el que el espectador pueda identificarse. A lo que se asiste es a una mera acumulación de datos que rara vez pasan de lo técnico: el director Joachim Rønning solo se dedica a filmar el guión y jamás intenta darle un diseño mínimamente personal a lo que cuenta, como si estuviera llevando a cabo un mero trámite administrativo. Por eso en la película pasan cosas, pero nunca le pasan realmente a los personajes y menos aún al espectador.
 
Maléfica: Dueña del Mal
Angelina Jolie es Malefica en Disney´s MALEFICENT: MISTRESS OF EVIL.
 
Esta inevitable secuela, en absoluto desdeñable como espectáculo y proteico pasarratos lúdico, releva al director Roonning pero vuelve a contar con Linda Woolverton en el guión, acompañada esta vez por Micah Fitzernman-Blue y Noah Harpster, habituales de la serie televisiva “Transparent”. La película carga aún más las tintas en la tesis de la original, subrayando la identificación del lumpen aquí, la ciénaga con la virtud y el mal con el poder, el lujo y la riqueza, de una manera tan oportuna como oportunista. Bien por Jolie por dejar la mejor parte del pastel no sólo al virtuosismo técnico, a ratos algo agotador, sino al protagonismo de una etérea Elle Fanning y, en especial, de una rotunda Michelle Pfeiffer que borda, sin aparente esfuerzo, el papel de auténtica malvada de este teatrillo, y con esto no adelanto nada que cualquier espectador no intuya a los pocos minutos de comenzada la proyección.
 
El espectáculo se adereza con préstamos a la imaginería feérica del cineasta Jim Henson y al virtuosismo de un Terry Gilliam y, pese a su duración ligeramente estirada, está resuelto con innegable pericia, aunque también acusa la sombra esta sí, puramente maléfica de la desgana y, sobre todo, del desgaste. La eficaz primera cinta de “Maléfica” se caracterizaba no tanto por un retorno a la crueldad del clásico cuento de hadas de Perrault, sino por una adaptación de la versión Disney, que ya blanqueaba mucho la oscura historia original, a lo que se ha denominado las nuevas sensibilidades. El villano no tanto como epítome del mal sino como producto disfuncional, y en esencia, ejemplo puro de una sociedad que lo margina y envilece; con una perspectiva cuya palmaria ingenuidad.
 
Con lo mejor que ha sido ver la actuación hipnótica y perfidia de Pfeiffer, pero con lo peor que se desaprovecha al trío de hadas cuquis y pizpiretas. Este es un filme apto para degustadores de cuentos de hadas con cierto sense of wonder. Disney sigue invadiendo la cartelera con remakes y spin-offs en live action de algunos de sus clásicos animados más sobresalientes y que cuentan nuevas historias protagonizadas por personajes populares del estudio, básicamente es un relato de fantasía adornado con vistosas secuencias de acción que involucran muchos efectos especiales y de obvia animación por computadora, con un toque de comedia para aligerar el tono por momentos. La verdad esta película solo sobresale en la forma por su propuesta visual, pues cada detalle ha sido cuidadosamente creado para darle forma a un mundo fantástico que deleitará sobre todo a los espectadores más pequeños. Los efectos especiales son fundamentales para la creación de personajes que sólo existen en nuestra imaginación, pero el trabajo hecho en el apartado de vestuario también es sumamente importante para que algunos personajes luzcan aún más imponentes, lo mismo con el trabajo de maquillaje.
 
Pero desafortudamente la calidad en su propuesta visual no se repite en lo referente en el fondo por la historia, ya que nos encontramos con una trama predecible, producto de un guión al que se nota le faltó mucho trabajo. La dirección también deja mucho que desear, pues desaprovecha el elenco de lujo a su disposición. Las secuencias que tienen cierta dosis de acción son las que sobresalen pero en general el resto se sienten incompletas. Esta es una película que, aunque sí tiene algunos momentos destacables, en realidad es innecesaria porque se trata de un mero producto fílmico de entretenimiento que funcionará para generar numerosas ganancias en taquilla, pero que no aporta nada nuevo. Lo cierto es que “Maléfica: Dueña del Mal” está muy lejos de responder a ese interrogante, por más que se esfuerce bastante por plantear nuevos conflictos y obstáculos. Ahí tenemos a Aurora (Elle Fanning), la ahijada de Maléfica, decidiendo casarse con Philip, el Príncipe del reino cercano, lo cual crea tensiones por varias vías: si su madrina se muestra cuando menos escéptica, la madre de Philip, la Reina Ingrith (Michelle Pfeiffer), tiene sus propios planes, que involucran unos cuantos engaños y manipulaciones. A eso se irá sumando la irrupción de una nueva galería de personajes emparentados con Maléfica y que pretende ir delineando un enfrentamiento entre dos mundos aparentemente opuestos: el de los humanos y el de las criaturas mágicas y mitológicas. Claro que esa interacción entre los cruces familiares/personales/íntimos y la lectura seudo social que se quiere ir hilvanando tarda bastante en establecerse, con unos primeros minutos entre indecisos e incómodos. En verdad no hay nada real  en términos de realismo, porque sabemos que estamos ante un cuento de hadas situado en un universo que no existe más allá del campo puramente narrativo. A lo que nos referimos es a esa humanidad de los personajes que llevan a que los sintamos como reales porque sus conflictos no interpelan mínimamente. Acá no hay nada de eso, solo otra cáscara casi sin nada adentro, que confirma parte de esos prejuicios que pintan a la compañía/empresa Disney como una máquina impersonal solo interesada en generar nuevas formas de contar solo los billetes; en este caso con los llamados spin-offs de sus cintas más emblemáticas.
 
Maléfica: Dueña del Mal
Elle Fanning es Aurora, Angelina Jolie es Malefica y Sam Riley es Diaval en Disney’s live-action MALEFICENT: MISTRESS OF EVIL
 
Mi 7.5 de calificación a esta producción cinematográfica que en su fondo tiene un dramatismo desmesurado en la categoría de películas de princesas con un marcado tono muy de telenovela, que lo compensan con muchas y llamativas escenas de acción que abarcan un gran tiempo de la película y de la historia porque el resto sucede demasiado rápido en la trama, sin explicación ni fundamento al suceder una serie de acontecimientos que, si de nodos en el desarrollo se trata, en ningún momento se siente ese clímax de la película porque transcurren uno tras otro, sin su debido tiempo a su excesivo dramatismo e incoherente narrativa. 
 
Maléfica cuidó de Aurora, sufrió un desamor que la dejó sin alas y con un profundo rencor hacia los humanos al alterar la historia original en la primer cinta de la princesa para que la villana tuviera mayor presencia, porque en esa película el dolor de la madre de Aurora fue compensado con el hechizo que logró romper con el beso que le da entre lágrimas en ese filme de 2014 que descubrimos el oscuro pasado que Maléfica vivió detrás de los muros del Páramo y que la llevaron a envenenar a la Bella Durmiente. Ahora el lado bueno de la villana del clásico animado “La Bella Durmiente” de la Casa del Ratón tuvo pésimas críticas del público y la prensa especializada. A lo sumo, “Maléfica: Dueña del Mal” procura utilizar al personaje de Pfeiffer para reflexionar un poco sobre la materialidad de los cuentos, la forma en que interviene la oralidad para crear esos conjuntos de sentidos que son los mitos y leyendas.
 
Pero no pasa de un esbozo reflexivo, un par de líneas de diálogos que explican brevemente el accionar de una antagonista e insinúan un film que nunca llega realmente a concretarse. Lo que pareciera importar más es el desfile de efectos especiales, las toneladas de maquillaje y bellos vestuarios, como si el film solo estuviera interesado en una espectacularidad audiovisual que, de tan vacua, termina aburriendo. Las sobreactuaciones tanto de Michelle Pfeiffer, como de Angelina Jolie, podríamos ubicarlas en escenas de telenovelas mexicanas, y de una mas que correcta Elle Fanning como la princesa Aurora que se casa con un príncipe que siente verdadero amor a primera vista, puesto que el resto del tiempo sólo la conoció dormida bajo el hechizo aunque no sabemos más sobre su historia de amor y tampoco conocemos por qué la Reina Ingrith siente tanto recelo hacia Maléfica o incluso hacia su esposo, el Rey John. Tal vez con un tratamiento diferente, esta simplemente correcta secuela pudo ser mejor porque al final, es un título que disfrutarán más los fanáticos de Maléfica y obviamente de una actriz del calibre como la estrella hollywoodense Angelina Jolie.
 
Maléfica: Dueña del Mal
 
Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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