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Cielo de Medianoche | República Cinéfila

Cielo de Medianoche es una interesante cinta de la plataforma Netflix basada en la novela de Lily Brooks-Dalton, la acción ocurre en un futuro no tan lejano, en el que la Tierra ha sido devastada por lo que parece ser un experimento científico que se descontroló y que ocasionó que la atmósfera se volviera irrespirable.
 
¿Cómo veremos la ciencia-ficción a partir de ahora? ¿Y las películas sobre catástrofes globales? Al principio de la actual pandemia global de coronavirus cuando aún era una novedad, no dejaba de pensar que lo que estábamos viviendo no se parecía en nada a lo que Hollywood nos había contado tantas veces con sus efectos, sus elipsis y sus giros dramáticos. Nuestra catástrofe global era más como una película realista, una película rumana, tal vez, con su tempo ensimismado y su crudeza a la hora de mostrar la realidad. Aunque se rodó antes de los primeros confinamientos, la última película de Clooney como director se parece más al realismo rumano que a la narrativa hollywoodense.
 
Es una historia íntima, una historia de soledad, incrustada en una catástrofe medioambiental que ha asolado la Tierra. La estrella hollywoodense Clooney como cineasta y protagonista, se encuentra solo en el planeta. Enfermo, desilusionado, deprimido y con un sentimiento de culpa mortal, decide permanecer de pie, en un observatorio del Ártico, para alertar de la catástrofe a un equipo de astronautas que regresa luego de una larga misión, en la que encontró otro sitio habitable y que está listo para ser colonizado.  En lo que parece ser un pronunciamiento personal de George Clooney, activista y filántropo, en tiempos de la pandemia viral, la cinta de ciencia ficción se mueve entre los terrenos del drama y la aventura, con un toque melancólico y fatalista sobre el futuro de la humanidad. Aunque la propuesta es interesante, Clooney batalla para mantener coherentes los múltiples frentes que abre, para mostrar un panorama completo de la situación.
 
El cielo de Medianoche
 
El esfuerzo narrativo parece demasiado disperso, pues el propósito del científico se concentra, únicamente, en comunicarse con la nave que viene de regreso. El objetivo parece desenfocarse, pues este ermitaño hace muy poco, al punto de que por algunos lapsos se extravía su intención. En Tierra, este hombre desesperado debe lidiar con la soledad abrumadora, que alivia con un encuentro imprevisto que lo auxiliará en el paso de las incontables horas vacías, que transcurren mientras espera, pacientemente, comunicación del espacio exterior. El recurso del visitante sorpresa ha sido explotado hasta el infinito en historias de náufragos y seres abandonados.
 
Por lo menos aquí funciona. Allá arriba, durante el retorno, se encuentra el equipo, que hace su propio esfuerzo por enterarse lo que ha ocurrido abajo, entre los suyos, pues nadie les da indicaciones sobre las condiciones de vuelta, y desconocen la situación postapocalíptica que prevalece en el sitio al que aspiran llegar y que ya no es el mismo. El arte es extraño. Hay escenas en el espacio exterior y la nave parece un modelo a escala demasiado obvio, aunque, por eso mismo, parece un propósito estilístico de la producción. Lo mismo los sets del habitáculo, que parecen diseñados con una moda antigua, como si rivalizaran con 2001: Odisea en el Espacio
 
Al final queda una historia con paisajes bellos, y tomas que hacen poesía visual, pero con una anécdota de nula tensión. La temática queda como una idea abstracta en la que un hombre de ciencia, vencido por las circunstancias, está dispuesto a sacrificarse para salvar a personas que, aún en la distancia, pueden ser la última esperanza de la especie. “Cielo de Medianoche” es ficción de abundante presupuesto, pero con escaso contenido. Para George Clooney, que este mes nos presenta su séptima película como director, la razón principal fue que no hay tantos guiones que estén bien escritos para querer hacerse cargo de ésta película, una adaptación al cine escrita por Mark L. Smith (“El Renacido”). Filmada en una zona remota y congelada de Islandia, el filme relata lo que podemos asumir son los últimos días de la humanidad en la Tierra. Luego de una catástrofe nuclear y ambiental, los pocos sobrevivientes son obligados a huir a refugios con la esperanza de algún día poder abandonar el planeta.  Hay una amenaza nuclear que nos ha obligado a buscar un hogar en otra parte del universo. Clooney interpreta al Dr. Augustine Lofthouse, el último hombre que ha permanecido en una estación de comunicación en la Antárdida. Su misión: avisarle a la tripulación de la nave Æther –una de varias que salieron en búsqueda de planetas o lunas habitables– que ya no regrese, pues en la Tierra ya todo está perdido. Mientras una mitad de la cinta está enfocada en Clooney y una niña pequeña que al parecer se quedó varada en la estación con él cuando fue evacuada, la otra mitad sucede en el espacio, con los astronautas interpretados por Felicity Jones, David Oyelowo, Kyle Chandler y Demián Bichir. No obstante, aún con dicho reparto y su temática apocalíptica, Cielo de medianoche es una película pausada y –salvo un par de escenas de acción– bastante contenida. Inadvertidamente, Clooney hizo una película que, con sus temas de sobrevivencia y aislamiento –él mismo ha dicho que se inspiró en El renacido y Gravedad, la cual coprotagonizó–, resultó perfecta para este año. Tras su estreno limitado en cines de Estados Unidos, la película fue recibida con reacciones tibias, pero todas parecían destacar los mismos temas que Clooney se esforzó por incluir en Cielo de medianoche. La cinta ya llego a los hogares de miles de personas luego de pasar ya casi un año justo cuando esas dos cosas, el aislamiento y la sobrevivencia, han estado en la mente de todas. Y no, nada de esto se solucionaría tampoco con una llamada.
 
 
Mi 8.5 de calificación a esta producción fílmica original de la plataforma Netflix en donde Clooney interpreta a un astrofísico que espera la muerte en el Ártico y ha de avisar a una misión espacial de que no vuelva a casa. Su presente y su pasado, en flashbacks interpretados por Ethan Peck, el nieto de Gregory Peck, van construyendo un personaje desahuciado cuya obsesión por el trabajo le ha hecho sacrificar cualquier vínculo emocional.
 
Es en su castigo, en ese peregrinaje por un Ártico hostil, donde Clooney se luce como el gran director que es alcanzando poderosas imágenes que, sin embargo, no encuentran respuesta en la misión espacial, por mucho que a bordo vayan Felicity Jones, David Oyelowo o Kyle Chandler. La trama es llamativa con Augustine es un científico solitario en el Ártico, que intenta contactar con una nave espacial de regreso a la Tierra. Este quiere impedir que Sully y sus compañeros astronautas regresen a su hogar, donde se ha producido una gran catástrofe mundial. Esta es una entretenida catástrofe global más realista que lo que Hollywood manda. Es el fin del mundo tal y como lo conocemos lo que ocurre en el gran lanzamiento navideño de Netflix, “Cielo a Medianoche“. Además de dirigir, Clooney interpreta al científico enfermo terminal Augustine Lofthouse, quien se enfrenta a una carrera contrarreloj para evitar que Sully (Felicity Jones) y el resto de la tripulación del Aether regresen a la Tierra tras una misteriosa catástrofe global. Y si eso no fuera un desafío suficiente para Augustine, también se da cuenta de que no está solo en el Observatorio Barbeau en el Ártico cuando una niña (Caoilinn Springall) se quedó atrás en la evacuación, pero ¿puede hacer algo para salvarla?
 
Las dos historias se unen cuando “Cielo de Medianoche” llega a un clímax emocional que resuelve un misterio, pero deja otra pregunta importante, lo que sucedió en la Tierra, sin respuesta. La película está ambientada en febrero de 2049 y tiene lugar tres semanas después de “el evento”, pero nunca se dice explícitamente qué fue este evento. Está claro que la vida en la Tierra ha terminado, ya que un flashback en el inicio de la película muestra a los otros científicos abandonando el observatorio para regresar con sus familias y pasar sus últimos momentos juntos. “El paciente terminal sobrevive al resto de la humanidad. Alguien debería ponerte en un diario médico”, le dicen a Augustine cuando decide quedarse. 
 
Durante las primeras partes de la película, se ve a Augustine monitoreando el índice de calidad del aire del área alrededor del observatorio para detectar el aumento de los niveles de radiación. Parece que para el momento de “Cielo a Medianoche“, esta radiación se ha apoderado de todo el planeta, siendo los polos los últimos lugares afectados. Definitivamente es un evento mundial, ya que cuando Sully tiene problemas para comunicarse con la Tierra desde Aether, menciona que ha intentado comunicarse con países como China, Rusia, Australia e India y no ha recibido ninguna respuesta. La sugerencia es que fue un problema ambiental lo que causó la catástrofe. Cuando Augustine se pone en contacto con Sully más tarde, dice: “Me temo que no hicimos un buen trabajo cuidando el lugar mientras estabas fuera”. 
 
 
Si bien ‘Cielo de medianoche‘ se basa en un libro llamado “Good Morning, Midnight” de Lily Brooks-Dalton, el evento catastrófico tampoco se revela en ese libro, por lo que no podemos obtener pistas o respuestas de él. No parece que haya sido un evento sorpresa, ya que la razón por la que Aether está en el espacio fue para confirmar que K-23 una de las lunas de Júpiter descubierta por Augustine es adecuada para la vida humana. Incluso con Aether en el camino de regreso desde K-23, estaba previsto que hubiera un vuelo de colonia a K-23 desde la Tierra, así como suministros. No está claro si este vuelo de la colonia llegó a K-23 o no, pero el que quedara en la Tierra no iba a sobrevivir, como Augustine le dice a Sully: “Todas las áreas de supervivencia son subterráneas y esas son temporales”. No queremos ser demasiado tristes porque es Navidad, pero tememos que el vuelo de la colonia tampoco llegó al K-23, ya que Sully dice que “no pudo hacer contacto” con él. Agregue eso a que Augustine luego le dijo a Sully que “No sé todos los detalles, sé que fue un error” que podría referirse a ese vuelo y las cosas no parecen estar bien. Augustine tiene una enfermedad terminal no especificada. Fue una parte hermosa de la película, esa dinámica entre Augustine y Sully y ese descubrimiento de esa relación al final es increíblemente conmovedor. “Cielo de Medianoche” ya está disponible para ver en la popular plataforma en streaming Netflix.
 
Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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