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El Hombre Gris | República Cinéfila

El nuevo filme de los hermanos directores Joe y Anthony Russo a pesar de que parecía tener casi a todo a su favor, no pasa de ser un producto cinematográfico muy predecible y anodino pero eso si muy entretenido, donde nunca aparece el vigor requerido y es que teniendo en cuenta lo que los Russo habían logrado como realizadores bajo el paraguas de Marvel Studios -con puntos especialmente altos en las cintas Capitán América y el Soldado del Invierno (2014), Capitán América: Guerra Civil (2016), Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019)-, las expectativas de cara a El Hombre Gris podían ser razonablemente óptimas.

Varios elementos parecían alineados como por ejemplo un elenco importante con Ryan Gosling, Chris Evans, Ana de Armas, Billy Bob Thornton y varios más; un altísimo presupuesto de unos 200 millones de dólares al servicio de todo lo que quisieran hacer, cortesía de la popular plataforma de Netflix; guionistas como los competentes Christopher Markus y Stephen McFeely con los que ya habían trabajado previamente; y una premisa algo gastada por el tema del asesino profesional perseguido por su propia gente, pero que mantiene su encanto.

Y, sin embargo, lo que terminamos viendo es demasiado esquemático, previsible y hasta decepcionante, aun así el nivel de acción es lo que salva a esta producción fílmica. En la trama de la historia con el argumento, basado en la novela de Mark Greaney quien supo trabajar como coautor de Tom Clancy, se centra en “Sierra Seis” (Gosling), un profesional del asesinato que forma parte de un programa secreto de la CIA denominado Sierra, que luego de una misión queda en posesión de un archivo con información tan secreta como destructiva para altos ejecutivos de la agencia.

A partir de ese evento, deberá emprender una huida que lo llevará por varios países del globo, siempre perseguido por un despiadado agente del sector privado (Evans), mientras intenta averiguar quién está detrás de los actos de corrupción y rescatar a la sobrina de su antiguo mentor (Thornton). Son notorios los lazos narrativos con la literatura de un gran autor de bestselles de espionaje y conspiraciones gubernamentales como Clancy, pero también con el cine de los thrillers de espías de los años setenta y, en particular, con la saga de Jason Bourne. Esa amalgama de tonos y atmósferas ya había sido delineada con astucia por los Russo en sus películas del Capitán América, pero la ausencia aquí del contexto superheroico permitía suponer una profundización del realismo y la fisicidad.

Por el contrario, El Hombre Gris se siente algo notoriamente artificial y distante. A no confundirse: no se cuestiona que las escenas de acción y aventura propongan hazañas físicas casi imposibles para el protagonista -al fin y al cabo, es lo que en cierto modo se espera-, sino que nunca se consigue un real involucramiento del espectador. Por más que Gosling transpire la camiseta, que se sucedan con apenas breves interrupciones toda clase de peleas, tiroteos, persecuciones y explosiones, el nervio y la tensión están casi ausentes a lo largo del relato.

La clave para que esto suceda se da en el diseño de los personajes: a pesar de la manifestación constante de conflictos éticos y morales, ninguno de ellos sale de los lugares comunes ya demasiado vistos. Todos los posicionamientos están tan explícitos que terminan sonando forzados y excesivamente solemnes. El único personaje que se amolda a lo lúdico y divertido que podría ofrecer todo el asunto es el villano encarnado por Evans, que está saludablemente desatado; y ni siquiera la soltura que aporta Gosling -alejándose, por suerte, de otras interpretaciones suyas mucho más impertérritas- alcanza para salvar a su protagonista.

En El Hombre Gris se nota la voluntad casi insaciable de dejar todo servido para la construcción de una franquicia y saga fílmica que siga al personaje principal y que vaya armando un universo de conspiraciones, funcionarios malvados manejando los hilos y secuencias de alto impacto a todo galope. Y muy posiblemente ese objetivo se logre, ya que Netflix está impulsando con toda su energía económica el proyecto. Pero eso no quita que estamos ante un producto en cierta manera desabrido, casi en piloto automático, que deja en evidencia que a los Russo todavía les falta bastante para ser realizadores con una mirada propia y potente dentro del género del cine de acción. Por ahora, aquí hay una oportunidad algo desperdiciada en donde un estupendo histrión como Gosling va lógicamente tras los pasos en icónicas figuras de acción interpretadas por actores/estrellas como Tom Cruise (Ethan Hunt), Matt Damon (Jason Bourne), Keanu Reeves (John Wick) y obviamente Daniel Craig (James Bond), con una imparable cinta de acción con algo de muy poco espionaje, pero que se disfruta bien a pesar de su predecible trama y vueltas de tuerca.

The Gray Man (2022). Ryan Gosling as Six. Cr. Paul Abell/Netflix © 2022

Mi 7.5 de calificación a este largometraje original de Netflix, hay que recordar que en su momento el proyecto de filmar El Hombre Gris, la exitosa novela de espías de Mark Greaney publicada en el año de 2009, inicialmente estuvo vinculado al guionista y cineasta Christopher McQuarrie, el director de la cinta Jack Reacher (2012) y las magníficas últimas entregas de Misión Imposible (2015 y 2018), e iba a ser protagonizado por las estrellas hollywoodenses Brad Pitt y Charlize Theron.

Los avatares del destino llevaron a que el proyecto fílmico se dilatara y terminara en las manos de Anthony y Joe Russo, los directores de las dos últimas entregas del Capitán América y de los mega-éxitos Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame. Los actores serían reemplazados por Ryan Gosling y Ana de Armas, respectivamente.

¿Pero la cosa funciona? Como cinta de acción se podría decir que sí. Como película de espionaje no tanto. Para bien y para mal, los Russo se van por el camino de los inicios de Michael Bay en los años noventa con sus filmes Dos Policías Rebeldes (1994), La Roca (1996), y nos entregan un frenético desfile de trepidantes secuencias de balaceras, explosiones, persecuciones, puños, patadas y cuchilladas, acompañado de diálogos tontos y situaciones incoherentes, con el fin de empaparnos la cabeza de adrenalina y hacernos pasar un momento emocionante y divertido sin dejar un solo momento para la intriga y la reflexión.

Gosling, quien todavía no ha interpretado a un superhéroe, está listo para hacerlo gracias a su personaje de Court Gentry, un hombre duro y rudo que cumple una condena injusta en prisión, y quien es rescatado por Donald Fitzroy (Billy Bob Thornton), un curtido agente de la CIA, para emprender un proyecto secreto de asesinos pagados por la organización. Pasan los años y Fitzroy ya está retirado, pero Gentry continúa activo bajo el nombre código de “Sierra Seis”. Denny Carlmichael (Regé-Jean Page), su nuevo jefe, le asigna una “misión imposible” que sirve como secuencia inicial al mejor estilo de las películas de James Bond. La misión consiste en eliminar a un peligroso sujeto, quien termina siendo un colega de Fitzroy.

Resulta que este hombre posee un documento digital encriptado que evidencia los manejos sombríos de Carlmichael y por esto tenía que ser eliminado. El documento cae en manos de Gentry y ¿qué creen? el corrupto jefe de la CIA lo considera un traidor y hace todo lo posible por matar a “Seis” y recuperar el documento incriminador. Para borrar al peligroso “Sierra Seis” del mapa, Carlmichael va a acudir a Lloyd Hansen (Chris Evans), otro ex colega de Gentry, de rasgos psicopáticos y ahora convertido en mercenario. Evans fue inicialmente elegido para interpretar al héroe, pero el actor decidió ser el villano. La elección fue acertada, ya que gracias a un odioso bigote (que lo hace parecer al villano de Comando) y una actitud altanera, muy lejana al de su Capitán América y más cercana a la de U.S. Agent, el personaje de Hansen termina siendo endemoniadamente encantador. Aquí, la “chica Bond” es interpretada por una verdadera chica Bond. Ana de Armas encarna a Dani Miranda, una agente de la CIA tan competente como sus colegas, quien sospecha de los manejos turbios de Carlmichael y que decide, poniendo en peligro su carrera, apoyar a “Seis” en su fuga suicida. Vamos a ver como Hansen chantajea al antiguo jefe de Gentry, secuestrando a la hija de este y torturándolo salvajemente para poder averiguar donde se esconde su pupilo.

También vamos a conocer a Margaret Cahill (Alfre Woodward) otra antigua jefe de “Seis”, quien lo apoya en su misión, así como a Avik San (Dhanush) un letal mercenario al servicio de Hansen. Pero lo cierto es que todos estos personajes tienen muy poco o casi nada de profundidad psicológica y solo están al servicio de unas cuidadas y muy emocionantes secuencias de acción que es el sello visual de los Russo, pero que estarían mucho mejor en el marco de una pantalla de cine gigante, pero que ahora pertenecen al servicio de streaming de Netflix. El Hombre Gris es una película de cierta manera muy poco original ya que además de los obvios referentes a James Bond y a Misión Imposible, también encontramos a Jason Bourne, Rápido y Furioso y a John Wick en toda esa mezcla de referencias e influencias. Sin embargo, aquellos que busquen acción descerebrada, pero bien hecha, encontrarán en esta pasable cinta la respuesta a sus deseos. P.D. Si quieren más películas, no se preocupen porque ya vienen una secuela y hasta un spin-off.

Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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