CORCOBADO, EL POETA MALDITO HISPANO
UN POETA MALDITO ENSOMBRESIO EL METROPOLITAN
Por Allan Márquez
La noche de ayer fue una noche caótica, llena de liturgia metafórica, sadismo y erotismo. La Ciudad de México, que mejor lugar para tan sombrío ritual, recibió con los brazos hinchados y mutilados al poeta y cantante español Javier Corcobado, en lo que fue una velada por momentos nostálgica y por otros llenos de vanguardia surrealista, así como México.
Con un atrazo de 20 minutos, la esperada función comenzó, el madrileño Corcobado arriba al escenario, con 5 excelentes músicos que lo acompañan, Javier se postra frente al micrófono con vestimenta casual oscura, los primeros acordes de la guitarra acústica se comienzan a escuchar y la voz estridente del poeta susurra las primeras palabras alegóricas al sufrimiento y a la libertad, al sexo y al amor. Retratos retorcidos de una vida plasmada de signos moribundos que son vomitados por el esplendor cauto de una canción.
Cada palabra mística emergida del gañote seductor de este atolondrado poeta, sumergía al respetable en la desesperación eufórica de un feligrés siguiendo los pasos del pastor, quien los conduce a la locura y a la perturbación, siendo masturbados por notas cargadas de bohemia y complicidad.
Con algunos fallos en los micrófonos, La retorica presentación de Corcobado no impidió que él siguiera adelante, entregado y humilde como lo son los grandes y verdaderos artistas, se dejo seducir de nuevo por la presencia mexicana e interactuo con el publico a tal grado de sentarse a la orilla del escenario y saludar a las mujeres de mano para posteriormente descender desde su olímpo musical y mezclarse con los apóstoles que lo vitorean a sus pies.
Un poco más de dos horas duro el ritual, extasiados y renovados renacen por un instante los escuchas, han danzado a la par de los mantras sanadores de conciencia perdida, ahora buscan una salida permanente, pero el poeta no se las puede dar, el termina su liturgia y abandona el metropolitan.
