Zona Fantasma|Óscar
Fue a finales de los 80’s en el ejido Tinajuela del municipio de Saltillo, que vivió un joven de nombre Oscar Santos. El era alegre, trabajador y celoso de su familia, Oscar no se metía con nadie, si nadie se metía con él. Le gustaban los bailes pero prefería alejarse de los problemas, era conocido por todos como “el Quieto”.
Uno de esos días de Semana Santa, Sábado de Gloria para ser específicos, se acostumbra hacer baile en los ranchos con más población. Oscar no quería asistir a dicho evento, pero sus dos hermanas menores a él, si. Ante tanta insistencia, Oscar accedió a acompañarlas al ejido el Fraile, ubicado a poco kilómetros, de hecho lo hacían a pie caminando dos horas entre el camino de tierra.
Ya en el baile, y ante el celo de Oscar con sus hermanas que no les permitía bailar, Ellas quedaron de verse con dos hombres del mismo rancho para que les ayudaran a escaparse un par de horas. Los hombres las esperaban a caballo a unos metros del baile, las hermanas aprovechan que Oscar se distrajera para subirse con los hombres y ellos, sin nada que perder, las llevaron a las afueras del pueblo. Ahí, ante la inocencia de las hermanas llegaron más hombres, y ya entrados en tragos las violaron uno tras otro sin que ellas pudieran defenderse.
Parecía que nadie escuchaba los gritos de las muchachas por el volumen de la música, pero no fue así. Un niño que conocía a “el Quieto” iba pasando por el lugar dónde violaban a las mujeres, quiso investigar quienes gritaban, pero los mezquites y la oscuridad lo impedían. Oscar al cabo de una hora comenzó a notar la ausencia de sus hermanas en el baile, y pregunto a conocidos si las habían visto, pero no encontró una respuesta veraz.
Una de las hermanas al encontrarse desesperada muerde la oreja de uno de los hombres, y este ante el coraje toma una piedra grande y se la deja caer sobre su cabeza, quebrándole su cráneo y causando una muerte inmediata. El hombre que ultrajaba a la otra hermana se asustó y soltó a la mujer. Ella corrió por el monte en espera de encontrar ayuda, sin lograr nada.
Óscar cruza camino con el niño que escucho los gritos de las mujeres, y este le pregunta si ha visto a sus hermanas, pero el niño le contesta con una negativa, aunque le menciona los gritos que escuchó cerca del lugar. “El Quieto” asustado le pide le diga donde fue eso, y la dirección de su mano era hacia el camino de regreso a Tinajuela.
La hermana sobreviviente y semidesnuda, siguió corriendo hasta llegar al camino que unía Tinajuela con Fraile, fue ahí que la alcanzaron los hombres y con un golpe la toman del cabello. Óscar alcanzo a ver a lo lejos una mujer que era arrastrada por un hombre a caballo, Él corrió y al acercarse reconoció los gritos: era su hermana.
Ante su enojo Oscar intenta defenderla pero otro hombre lo sujeta con un lazo impidiendo sus movimientos. Logró presenciar como los caballos pisoteaban el cuerpo aún con vida de su hermana sin poder hacer nada, sintiendo esa impotencia. Para no dejar evidencias de las muertes ni testigos, aquellos hombres, buscaron la manera de asesinar a Óscar.
Primero lo golpearon, le sacaron un ojo, le cortaron las manos junto con sus genitales, lo pisaron con los caballos, lo arrastraron varios metros y parecía que no quería morir… Deciden sujetar su cuello a una soga atada de un árbol y colgarlo. Quienes lo vieron sobre el camino al terminar el baile, cuentan que su cuerpo se encontraba deshecho, era la escena más cruel e injusta; ya que Óscar no se metía con nadie.
Desde entonces y cada Sábado de Gloria, entre los ejidos Tinajuela y Fraile se logra ver a un joven caminando sin rumbo y sin molestar a nadie sobre el camino. Hay quienes se han detenido a darle ayuda, pero el joven sigue caminando sin decir una sola palabra. Cuentan que camina por ahí esperando reconocer a los asesinos para cobrar venganza.