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Armando Vega Gil, el adiós a un artista.

Por Marcos David Cruz Mandujano.

El suicidio de Armando Vega Gil fue inesperado y es el adiós a un artista, para ustedes queridos Robott@s un “trending de Hashtag” realiza cambios, expone conductas o genera reacciones en masa. Para el artista siempre el primer reto es vencer al monstruo de mil ojos, por desgracia en esta era de comunidades virtuales el monstruo es de un millón de ojos.

Sorpresivamente abrió mis pupilas la noticia que comenzó a circular el día de ayer por la mañana, el ver primero una “nota suicida en un medio virtual”, posteriormente la despedida de un gran ser humano en una red social, todo se acumulaba y los estímulos dados generaban reacciones en mi sub-consciente, el interconductismo virtual que se despotricaba con acusaciones a #MeTooMusicosMexicanos por ser culpables, por el otro lado; juicios mediáticos generados por el acto suicida, en donde se acusa de falta de valor para sobrellevar la afrenta de hechos que le culpaban de acoso sexual, toda esa lluvia de pots, comentarios y acusaciones postraban un entorno para que nuestro querido Cucurrucucú decidiera concluir con su vida, dejemos si era una persona de bien o si era el villano a un lado, la acción mediática ejerció la presión ideal para culminar con su existencia terrenal.

La pederastia como la violación son palabras de peso, cualquiera que sea señalado obtendrá un daño moral a su propia imagen y peor aún, podrá influir en uno mismo, el ser apartado para después acusarlo ante las miradas de un gran número de lectores, no son circunstancias comunes para cualquiera de nosotros, esa manera fácil que se da al redactar atrás de un monitor o celular injuriando a cualquiera de manera pública, con notas anónimas o cuentas ficticias se ha convertido en algo tan común, que fácilmente de un día a otro se pueden generar victimarios, el “mito cotidiano” generado se convierte en una bomba que explota sin avisar, dejando en el camino cualquier tipo de daño colateral.

Armando Vega Gil fue un Antropólogo polifacético en disciplinas artísticas, todo un artista que se inclinó a un mercado específico de manera individual, generó historias para entretener a niños, narraciones para adolescentes, poesía, canciones, composiciones de imagen ya que era también un profesional en la fotografía, todo eso es Armando Vega Gil “El Cucurrucucú”.

El fundador del grupo Botellita de Jerez, activista y entertainer por naturaleza es de quien nos despedimos, su lenguaje llevado a canciones como a estilos narrativos siembra en futuras generaciones un léxico real, cotidiano de cualquier mexicano, con eso sencillamente trascenderá en nuestra memoria y será por siempre parte de la historia del rock nacional.

Los tiempos virtuales al día de hoy son turbulentos, y por desgracia cuando hay inestabilidad emocional, esas trombas mediáticas podrán crear el derrumbe de cualquier cimiento, mandando todo a volar, perdiendo sin chistar la posibilidad de exponer tu punto, el daño está hecho, para alguien que se desarrollaba en un mercado específico para niños y adolescentes, el ser acusado de pederastia es la manera ideal de arrasar con todo, dejar la vida como en Comala, con susurros y rencores vivos, con un Pedro Páramo caminando entre fantasmas, en estos tiempos debemos de crear nuestro propio juicio, para valorar y analizar cualquier dicho o acusación, no se vale injuriar, pero tampoco se vale satanizar movimientos creados ante las circunstancias sociales expuestas, en donde la realidad es el abuso al género femenino.

De manera humilde en Robotto nos despedimos de un gran artista, que con su estilo propio generó una identidad nacional en un genero, que aún a principios de los ochentas era apropiado por una cultura de habla inglesa en nuestro país, el rock.

Creador de un guacarock propio que se convirtió en influencia para las siguientes generaciones, adiós a Armando Vega Gil “El Cucurrucucú”, artista mexicano que sembró tanto en generaciones grandes como en las futuras generaciones su arte.

Se despide de ustedes su valedor Albertnativo.

 

Marcos David Cruz Mandujano

Diseñador publicista músico, ocioso creativo por convicción y metodista en consumo por elección. Para los compas soy Albertnativo y cuando ando sobrio pueden decirme Patxo.

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