Cerdita | República Cinéfila
En esta película de terror opera prima de la directora Carlota Pereda elude muy bien los clichés y los lugares comunes porque se constituye como otro interesante relato perturbador proveniente de España en una trama sencilla, en un pequeño pueblo en la región de Extremadura es verano y hace mucho calor. Sara es humillada por otros jóvenes debido a su sobrepeso, su familia es dueña de la carnicería donde ella es la cajera. Un día en que sale a bañarse a la piscina pública, es atacada por tres chicas que la llaman “cerdita”. Por lo tanto, huirá luego de que las otras jóvenes le roben la ropa y en la escapada se encontrará con una camioneta manejada por un psicópata, que tiene en su interior a las chicas que le hacían bullying.
El psicópata no la atacará y Sara no dirá lo que vio. El cine español tiene una buena tradición de historias perturbadoras filmadas en pueblos pequeños, en los que se realzan los estereotipos, en su mayoría la gente del lugar, los policías, vecinos, jóvenes. Sobre esos elementos tan propios de esa cinematografía, Pereda construye un relato de horror y terror que se sostiene sobre asuntos vinculados con lo social y lo político. Lo original de la película Cerdita está en el personaje de la Sara que interpreta la actriz Laura Galán, una joven introvertida y manejada por su madre que sufre las burlas de las otras chicas, lo que impide que se anime a mostrar su cuerpo libremente.
En el final hay una vuelta de tuerca a la idea de venganza, que podría haber ido hacia un lugar común, pero no lo hace. Interesante muestra del cine de terror español, que sigue sumando logros desde hace varias décadas. Tras el éxito del cortometraje Cerdita, Carlota Pereda decidió dar el paso al largometraje con la misma historia y, sobre todo, con esa atmósfera de violencia y bullying que nos invade y asfixia más en un pueblo. La escena de la piscina en el corto, esa incómoda secuencia de insultos y vejaciones hacia Sara con una muy valiente Laura Galán por su cuerpo, es también casi el arranque del largo.
Y en ese momento que nos dejaba llenos de preguntas, si había algo de fantasía de venganza en los actos de Sara o solo puro miedo, se extiende la película. Cerdita’ invita a reflexionar sobre una lacra (mundial), mientras ahonda en el horror de una manera creativa, a través del formato, la planificación, la iluminación o el sonido. ¿Se sentirá algún espectador o espectadora inesperadamente interpelado y avergonzado ante su mensaje? ¿Se les atragantarán las palomitas? Ojalá. Con visto en la cinta de lo mejor en su propuesta estética dentro de un rico relato y con un poco de lo peor que, pese a su claro y contundente mensaje, algunos aludidos quizá no se sientan aludidos. Cerdita apenas de estrenarse en las plataformas en servicios de streaming en Paramount+ y Claro Video y ya es un todo fenómeno cinematográfico que ya se predecía desde inicios de este año en Sundance 2022, se confirmó en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2022 y se ha corroborado en su paso por Sitges 2022. Ha acaparado aplausos y fans por su travesía, además de llamativos elogios de directores curtidos en el cine de género como Edgar Wright o Sean Baker, y la verdad no es para menos. Algo se intuía dados los antecedentes con los que partía.
Mi 8.5 de calificación a esta sobresaliente película debut, hay que recordar en España era el año de 2018 cuando la historia de Carlota Pereda ganaba el premio Goya a Mejor Cortometraje. Ese trabajo, también titulado Cerdita, era una historia de 14 minutos que albergaba un serio drama sobre el tema del bullying. En ella se presentaba a Sara, una adolescente que sufre acoso por tener sobrepeso. Un día, después de que unas chicas le agredan y roben su ropa en la piscina, presencia cómo estas son secuestradas. Ahí se presentaba un dilema, para ella y el público que vio el corto. ¿Qué hace ahora? ¿Callar o hablar?
Ese personaje no podía quedarse ahí, y la disyuntiva que proponía debía ser desarrollada. Por eso, Cerdita, la película, no es solamente una reflexión sobre el bullying, que lo es. Es una advertencia sobre los efectos secundarios del acoso. Pereda se sirve bien de varios géneros para su largometraje: altas dosis de thriller, suculentas píldoras de la comedia negra y por supuesto, terror. Una vez más, no hay mejor género para conocernos a nosotros mismos, como individuos y como sujetos sociales. A golpe de slasher, aquí se ahonda en miedos auténticos, palpables dentro de la sociedad actual. Porque pocas cosas hay tan terroríficas como la escena de la burla de esas chicas a Sara en la piscina.
La ópera prima de la realizadora Carlota Pereda que se ha convertido en uno de los títulos más aclamados del año 2022, en una llamativa historia donde Sara es una joven que cada verano tiene que soportar las constantes bromas de las chicas sobre su peso. Un día contempla como un extraño hombre comienza a secuestrarlas, pero no hará nada por salvar a las que hasta ahora le han hecho la vida imposible. El pánico ya habitual de la adolescente que la paraliza aquí se multiplica, los ojos y comentarios de los vecinos contra ella se disparan. Era víctima y ahora la convierten en culpable.
Pereda reflexiona sobre esa cultura del terror silenciosa e indiferente que se cuela en la sociedad y deja tan marcada a una joven. Y lo hace atendiendo a ese plano detalle, al sonido asfixiante de un pueblo que calla o habla demasiado. El terror costumbrista, situado en un pueblo extremeño, se entiende en todo el mundo. Da igual si el “chacha” no se traduce, el miedo de Sara se entiende en cualquier idioma.
Pereda encuentra, en momentos, el humor negro de esta cruel historia por su realismo, por su facilidad para reconocer a esos personajes a un lado y al otro del acoso. La atracción hacia el peligro, hacia el mal, es un divertimento y un interesante giro del coming-of-age hacia un empoderamiento único. Porque el cine de crítica, análisis y denuncia social tiene un largo historial y un importante número de autores y títulos. El cine de terror gore tampoco se ha estancado, sino que ha evolucionado, sofisticado y renacido varias veces. No hay géneros menores o agotados cuando detrás de ellos hay creadores dispuestos a repensarlos.
Podemos identificar ciertas situaciones y personajes, sí, y hallarles precedentes y referentes, pero, en el gozoso caso de ‘Cerdita’, esto es solo el principio de nuestro acercamiento a ella. El talento, la mirada y la personalidad de Carlota Pereda ha conseguido que su ópera prima se haya convertido en un fenómeno. Y no de feria, sino de festivales. Y no solo para fans de los films sangrientos, que también, sino para un público más heterodoxo y, como se dice ahora, transversal. Ese bullying que, por desgracia, no cesa y que haya sofisticados aliados y nuevas maneras de propagarse con las redes sociales, los mensajes de los celulares es un monstruo que no solo nace y se reproduce en las grandes urbes y los centros escolares: también tiene su espacio en pueblos como el de este largometraje nacido de un celebrado corto de Pereda.
Y, como dice la cineasta, Sara, su machacada antiheroína, no es especialmente buena: es, simplemente, humana. Y muchas de sus reacciones responden a impulsos y a la rabia acumulada. La llegada de otro monstruo al pueblo, ese psychokiller que se intuye sensible, o como mínimo, diferente coloca a Sara en un lugar distinto, donde a menudo no sabrá, de entrada, de qué lado está: de las feroces acosadoras y ojo con los progenitores de estas o del asesino sin miramientos recién llegado. ¿Salvadora o cómplice? ¿Es el momento de olvidar y perdonar, o de sumarse a la carnicería?
Lic. Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.