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República Cinéfila | Venom, de Ruben Fleischer.

Ha llegado el estreno mundial de la película de “Venom“, cinta en la que vemos a Tom Hardy interpretado a uno de los villanos y antihéroes más queridos dentro del mundo de Spider-Man y posiblemente de todo Marvel. Eso sí, les recuerdo de manera muy clara que esta cinta poco tiene que ver con actual El Hombre-Araña interpretado por el joven actor Tom Holland para el universo cinematográfico de Marvel Studios dentro en la saga de Los Vengadores. Desde ahora puedo decirles que esa famosa aparición se reduce a una escena post créditos y no diré más al respecto. De lo que sí puedo criticar es del algo decepcionante desempeño de la historia, que no ha valido la pena todo el tiempo de espera y todo el dinero destinado a la promoción de la película. Eso lo analizaré a continuación, por lo pronto aquí esta la sinopsis oficial en la trama de “Venom“, en un servicio especial de limpieza ha conseguido rescatar a dos simbiontes llegados del espacio tras analizarlos, pedirán la ayuda de Eddie Brock (Tom Hardy), pero una de las criaturas escapa, tomando a Eddie como huésped ya que como periodista, Brock lleva tiempo intentando desenmascarar al creador de la Fundación Vida, el famoso genio científico Carlton Drake (Riz Ahmed), una obsesión que le ha arruinado su carrera profesional y su relación amorosa con su novia, Anne (Michelle Williams).
 
Al investigar uno de los experimentos de Drake, el ente alienígena Venom se fusiona con el cuerpo de Eddie, y el reportero adquiere de pronto nuevos e increíbles superpoderes, así como la oportunidad de hacer prácticamente lo que se le antoje. Retorcido, oscuro, impredecible e impulsado por la cólera, Venom obliga a Eddie a luchar por controlar unas habilidades sumamente peligrosas que, al mismo tiempo, también resultan embriagadoras y le hacen sentir poderoso. Dado que Eddie y Venom se necesitan mutuamente para conseguir lo que quieren, se van entremezclando cada vez más… ¿Dónde acaba Eddie y empieza Venom? Para la mayoría de la critica este filme es un total desastre, porque lo que es seguro es que “Venom” no tomó en cuenta ninguna de las lecciones dejadas por otras fallidas adaptaciones cinematográficas de superhéroes de cómics en Hollywood como “Daredevil” (2003), “El Castigador” (2004) o la ultima versión de “Los 4 Fantásticos” (2015). Y es que otra vez tenemos esa pose canchera permanente que solo disfraza una constante indecisión respecto a las tonalidades que se deben elegir, los guiños constantes para complacer a los fanáticos del cómic, el cálculo constante en el discurso sobre buenos y malos, la preocupación por diseñar una franquicia que va por encima de la construcción de los personajes. Y claro, las enormes dificultades para plantear un conflicto decente.                                                                             
Venom
 
El filme del cineasta norteamericano Ruben Fleischer que tuvo un gran debut con “Tierra de Zombies” (2009) pero después, con “30 Minutos o Menos” (2010) y “Fuerza Antigángster” (2012), entró en una caída libre que aquí se profundiza al notarse desesperado por llegar al encuentro entre el periodista Eddie Brock y la entidad alienígena que invade su cuerpo, sin saber qué hacer en el medio. Por eso tenemos una media hora inicial donde se debería presentar a un personaje con unas cuantas contradicciones inteligente pero no del todo astuto a la hora de enfrentarse a individuos más poderosos, egocéntrico pero también con unos cuantos problemas de autoestima que son válidos pero que solo se mencionan desde una enumeración administrativa y aburrida. Teniendo en cuenta la cantidad de años que llevó la concreción del proyecto, llama la atención que lo que finalmente tenemos en pantalla sea semejante desastre.
 
Pero a la vez, no deja de ser en cierta forma lógico ya que hubo tantas idas y vueltas, tantos cambios de directores, guionistas, productores, actores, tonos y metas, que era difícil que el filme llegara a poseer la coherencia deseada. Quizás esta cinta centrada en los orígenes de uno de los antihéroes y villanos principales del universo de Spider-Man estaba condenado de antemano. Desde que el artista Todd McFarlane el creador de Spawn lo dibujó por primera vez en en el año de 1988, Venom fue el epítome de personaje oscuro, duro y sucio en la escudería de Marvel Comics. Uno de esos villanos con los que podían identificarse los malos de la clase, cuyo éxito entre los fanáticos no tardaba en convertirlos en antihéroes con colección propia. Y, en suma, un síntoma ejemplar de esa fiebre post-Watchmen que convirtió los cómics en hervideros de testosterona mal canalizada. ¿Cómo podemos calificar, pues, el hecho de que su filme aspire a ser la película de superhéroes más bufona y disparatada de la historia? Pues como justicia poética, por supuesto.
 
Aunque sus efectos digitales resulten solventes y asquerosillos, “Venom” no funciona ni de lejos como película de acción porque sus set pieces cantan de lejos a la segunda unidad y apenas consiguen despertar un chorrito de adrenalina. Como trabajo de película en terror, tampoco da la talla, porque la calificación para menores de 13 años que asegura su taquilla en Estados Unidos niega las efusiones del gore que pide esta vertiente de su premisa. Ahora bien como comedia, no tiene precio. Y porque esta a años luz de las sonrisas melancólicas de “Spider-Man: Homecoming” (2017) o del slapstick fino de “Iron Man 3” (2013) el mayor atractivo del filme está en la interpretación de un Tom Hardy que sobreactúa con regodeo casi obsceno. En su doble papel como reportero de moral distraída y criatura de primigenia voracidad, el actor ingles se esfuerza por escenificar él solo una competición de retruécanos y one liners que, a fuerza de intencionadamente necios, mueven automáticamente a la carcajada. En cuanto a la talentosa actriz estadounidense Michelle Williams, puede que aceptara este trabajo solo por el dinero, pero si alguna vez niega el haberse tenido que aguantar la risa floja en algunas escenas en palabras clave “beso” y “perrito”, mentirá como una bellaca.                                                                               
 
Venom
 

Mi 7 de calificación a esta producción fílmica, ya que el problema de “Venom”, es su poca vinculación con Marvel la Casa de las Ideas, a la saga del actual Spider-Man y al mundo de los superhéroes en general. Si no sufriera las servidumbres comerciales y de marca que le impone el ser una adaptación, podría haberse decidido con libertad entre dos alternativas: o bien una historia de periodismo de investigación y terror lovecraftiano, como un híbrido del director Alan J. Pakula y el David Cronenberg de “La Mosca” (1986), o bien un festival del humor pringoso que podría haberse titulado “Mi entidad caníbal del espacio exterior, mi novia abogada y yo”. Ambas posibilidades hubieran estado muy bien, pero a nosotros nos habría gustado mucho más la segunda.

 
Como una película de superhéroes, no ofrece nada especial, pero como una especie de comedia caníbal, no tiene precio. Si ese primer acto es estático, superficial y carente de rumbo, la aparición de esa entidad destructiva que es Venom solo tiene el mérito de darle más ritmo a la narración. Es decir, todo va más rápido pero con igual impericia, con lo que básicamente asistimos a un show de morisquetas de Tom Hardy, que hace drama moral, comedia física y hasta algo de suspenso, siempre con comprometida e impostada cara de confundido, y siempre mal, en la que es la peor actuación de su carrera por un campo largo.
 
Podemos intuir que “Venom” quiere hilvanar una historia de caída y redención, de un villano que aprende a ser héroe y busca impartir su propio modo de justicia, pero todo es tan confuso e incoherente,  que no podemos menos que recordar esa catástrofe que fue “Escuadrón Suicida” (2016) y darnos cuenta que una reedición era efectivamente posible. En el medio, “Venom” se da el lujo de desperdiciar a Michelle Williams como el interés amoroso de Brock y a Riz Ahmed como el antagonista de turno, mientras pretende ser oscura y ácida, pero también seria y solemne sin que le salga nada de eso, inundando a la pantalla de CGI hasta que todo se vuelve inentendible como el enfrentamiento final bien podría haber formado parte de la saga “Transformers” y deja fuera todo componente humano. ¿Quién es Venom? ¿Quién es Brock? ¿Quién son cuando se unen? ¿Cuáles son las acciones que los definen? La película que es “Venom” no brinda ninguna respuesta, porque se queda atrapada en su propia trampa canchera, simple y banal.
 
Reseña: Venom
 
Lic.Ernesto Lerma, titular de la sección y columna periodística.

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